Cómo cambiar tu entorno cambiando tú

Otra semana más te quiero agradecer por estar aquí leyendo lo que tengo para compartir. Esta semana me alejo un poco del tema puramente monetario para centrarme en algo más básico y fundamental que afecta directamente a nuestra posibilidad de alcanzar la libertad financiera (y a cualquier otro aspecto de nuestras vidas).

El otro día tuve una conversación con una amiga. Esta amiga se ve en una situación que muchos de nosotros hemos vivido o estamos viviendo: la vida la está zarandeando de un lado a otro con Covid-19 afectando a su trabajo, facturas que pagar, responsabilidades y decisiones que tomar. Como resultado, esta amiga lleva un tiempo siendo bastante negativa, al punto que a todo le busca la pega, el fallo, lo negativo. Esto afecta de manera directa en su capacidad de ver oportunidades para salir de la situación en la que está y mejorar su vida.

Muchos, ante esta afirmación, pensarán que esto será otro de esos posts en los que alguien en una situación cómoda le dice a alguien en una peor situación que está ahí porque no piensa de manera positiva. Nada más lejos de la realidad. No vengo a hacerte engullir párrafos de positividad tóxica, sino a darte mi opinión sobre cómo nuestra situación cambia por completo sin cambiar nada más que nosotros mismos contándote mi situación actual.

A día de hoy vivo en un motel en un pueblo remoto (el pueblo más cercano está a 6h en coche) de 3.000 habitantes, donde no hay instalaciones de ocio más que un campo de fútbol australiano donde a veces se reúnen a jugar fútbol, pero me coincide con días que trabajo. Tenemos un supermercado, unas 5 tiendas de ropa y objetos varios, unas 4 tiendas donde venden alcohol, 2 pubs que sólo tienen movimiento uno o dos días a la semana. Trabajo 6 días a la semana con horario partido de mañana temprano y hasta el cierre, teniendo mi tiempo libre únicamente cuando los demás compañeros están trabajando, así que sólo tengo tiempo libre acompañado por la noche, pero si me quedo hasta tarde, luego no duermo y paso los días cansado; por lo que, como resultado, no tengo mucho tiempo de ocio que no sea yo solo en mi cuarto.

Lees esto de aquí arriba y dices «vaya locura, Edu. ¿Cómo lo haces?» y sí, es difícil emocionalmente y he pensado en irme muchas veces, pero al llegar aquí tenía dos opciones: 1- Me fijo en que no tengo nada que hacer, que estoy solo y que no me gusta mi vida aquí 2- Me fijo en que tengo un trabajo que paga bien, no tengo gastos porque tampoco hay dónde gastar y que tengo mucho tiempo sin distracciones que puedo aprovechar para mejorar mi vida.

La opción 1 fue la opción de un compañero que ya se marchó. Pasaba los días jugando videojuegos, viendo Netflix, gym y trabajando. No hizo nada para mejorar su vida mientras estuvo aquí y la mayor parte del tiempo no hacía nada con nadie y su humor no era el mejor.

La opción 2 fue la que elegí yo. Pasaba mis mañanas cuando limpiaba las habitaciones del motel escuchando podcasts sobre finanzas personales, empecé a leer libros y decidí empezar este blog que lees. A día de hoy he ahorrado dinero para poder vivir medio año sin trabajo y tengo más dinero invertido entre mis fondos indexados y mis criptomonedas, además del conocimiento necesario para que este dinero que he conseguido hasta hoy no desaparezca de repente. He dibujado un plan de negocios para cuando acabe mi etapa aquí y tengo una meta a la que aspiro y trabajo día sí y día también para llegar a ella. Fue gracias a esta meta que pude seguir adelante cuando las cosas se pusieron feas.

Como ves, la situación de ambos era la misma, porque ambos vivíamos en el mismo sitio, con el mismo trabajo y situación externa, pero tomamos decisiones distintas en cuanto a centrarnos en lo negativo o ver las oportunidades, por lo que para él, probablemente, esta etapa haya sido un bache para ahorrar algo de dinero y seguir con sus viajes en Australia y volver a su país a su vida; sin embargo, para mí, esta etapa será el punto de inflexión que me hizo conectar conmigo mismo y sentar las bases, mejorando mi vida a diario, para llegar a mi meta.

Después de esta introducción me gustaría darte unos consejos que, a mi parecer, le puede venir bien a todo el mundo y son fáciles de llevar a cabo.

  • Ten una conversación contigo mismo/a y pregúntate qué es lo que quieres en la vida. Busca en lo más profundo de ti lo que te haría feliz de verdad. Esta respuesta no puede ser «dinero» porque el dinero (aunque suene a cliché) no te da la felicidad. El dinero te da libertad para hacer lo que sea que te haga feliz, pero si no tienes un objetivo o una pasión, el dinero simplemente se acumulará y no encontrarás sentido a tener dinero o posesiones materiales.
  • Cuando tengas claro qué te haría feliz, apúntalo y empieza a trazar un plan para llegar a tu meta. Teniendo un plan puedes fijarte en los pasos necesarios para llegar ahí. No tengas prisa, si tienes intencionalidad, llegarás a donde quieras dando un paso tras otro y sin pararte. Es una maratón y no un sprint.
  • Analiza tu situación sin juzgarla. De manera neutral fíjate en cuál es tu situación laboral -tienes trabajo y te gusta o no, o no tienes trabajo-, fíjate en tu situación económica -muchas deudas, pocas deudas, ninguna deuda-.
  • Una vez tengas una imagen clara de en qué situación estás podrás analizar lo positivo y lo negativo de la situación y podrás buscar y encontrar las oportunidades de cambio y mejoría que te acerquen a tu meta. Por ejemplo: si no tienes trabajo, tienes tiempo de formarte, ya sea leyendo libros o blogs, escuchando podcasts, viendo videos en youtube o, si tu economía lo permite, uniéndote a algún curso online o a una universidad.

Estos 4 puntos son sencillos; sin embargo tienen un pero, y es que no puedes hacerlo todo de golpe, porque perderás la motivación. Empieza poco a poco y ve añadiendo cosas cuando ya tengas asimilado los cambios previos. También tendrás que sacrificar cosas y esta es la parte más difícil. Se tiene que acabar el procrastinar y el perder el tiempo en Instagram, Tiktok y demás redes sociales en las que pasamos horas y horas sin hacer nada con nuestras vidas. Por eso es bueno empezar poco a poco con cambios sutiles, como no poner música en el coche camino al trabajo y poner un podcast que te enseñe algo en su lugar. Cuando te encuentres perdiendo el tiempo en el sofá, levántate y limpia la cocina o el baño mientras escuchas/ves un video o un podcast. Poco a poco se van acabando nuestros hábitos dañinos y los vamos cambiando por hábitos más saludables y constructivos para nuestra vida. No intentes cambiarlos todos de golpe, porque te vas a sentir abrumado/a y vas a abandonar pensando que es imposible cambiar, cuando esto es falso.

Por hoy, creo que es suficiente información y hay contenido para darle vueltas a la mente. Espero que, con esta entrada, aunque sea una persona logre dar pasos hacia su meta y su vida sea, aunque sea, 1% mejor.

Recuerda que nuestro mundo exterior es un reflejo exacto de nuestro mundo interior. Si por dentro estamos negativos, todo lo que ocurra en el exterior será negativo.

Nos vemos en la próxima entrada.

¡A ser libres!

Vivir por debajo de tus posibilidades 101

Muy buenas, me alegra que estés aquí otra semana más.

Como te prometí la semana pasada, hoy voy a compartir contigo mi visión sobre qué significa, realmente, vivir por debajo de nuestras posibilidades y cuánto por debajo debemos vivir para llegar a nuestra meta de ser financieramente libres, porque sí, todo lo que escribo aquí es orientado a alcanzar la libertad financiera.

Vivir por debajo de nuestras posibilidades es, simplemente, gastar menos de lo que se gana para ahorrar e invertir el restante y, de esta manera, crear riqueza. Esto es bastante simple si sigues los pasos que te dejé en esta entrada. Básicamente: lo más importante si aún no tienes un hábito de ahorrar e invertir o no logras ahorrar todo lo que te gustaría, es controlar tus gastos: Apunta TODO lo que gastes en una libreta, en una app tipo Fintonic, en las notas del móvil, donde sea, pero apunta cada euro que gastes. Cuando sepas a dónde va cada uno de tus euros, podrás reubicarlos en otros sitios más importantes para tu vida.

Cuando controlas tus gastos, tú decides, es así de simple. Una vez tienes tus gastos controlados es cosa de hacer un ejercicio de autoanálisis: de todas las cosas en las que gastas, qué es indispensable, qué cosa aportan valor real a tu vida y qué cosas son meros lujos prescindibles. Te lo aclaro más abajo:

  1. Indispensable: alquiler o hipoteca, facturas (de luz, agua, teléfono, etc.), compra en el supermercado, transporte.
  2. Cosas que aportan valor: cualquier cosa que te haga feliz. En mi caso sería todo lo relacionado con jugar al tenis, café de calidad, cervezas especiales, bailar y la comida (ya sea en restaurantes o comprando producto de primera calidad que no compraría a diario por precio). En tu caso quizá sea el maquillaje, el crossfit, el dibujo, la lectura… Cualquier cosa que te haga feliz de verdad.
  3. Lujos prescindibles: ropa de marca, usar el coche sin necesidad, entrar en Tiger a mirar y salir con 35€ de cosas que vas a perder a los dos días, salir a comer fuera varias veces a la semana, etc. Por simplificarlo, cosas que no te aportan nada extra si lo comparas con otras alternativas más baratas o gratuitas.

Una vez tienes claro qué gastos van en cada una de las clasificaciones, ya has ahorrado; porque lo prescindible puedes eliminarlo de golpe. Luego puedes buscar formas de ahorrar dinero en las otras dos categorías, ya sea buscando un alquiler más barato o alquilando una habitación en tu casa para pagar parte de la hipoteca. Buscando una compañía de teléfono más económica o negociando tu factura con tu compañía actual. Aprovechándote de las ofertas del supermercado y cocinando las comidas de la semana en casa. Utilizando el coche solo para lo que sea estrictamente necesario, etc. Hay millones de formas de ahorrar dinero sin privarte de nada y únicamente requieren un poco de tu tiempo para organizarlo todo.

Recuerda que cada euro que ahorres mensual es un aumento de sueldo inmediato que te estás dando tú a ti misma/o, por lo que, si te da pereza pasar un par de horas un día o dos al mes en hacer esto, piensa que ese par de horas quizá te ahorre 50€ al mes, que son 600€ al año. No salen mal esas cuentas ¿verdad?

Ahora que sabes a dónde va cada euro, has recortado en las cosas que no son importantes y has logrado reducir gastos en las que sí son importantes además de ahorrar todo ese dinero sobrante: te habrás dado cuenta de que no eres menos feliz que antes, porque has recortado en cosas que no te hacían feliz realmente y que te lastraban tu progreso financiero. Ahora sigues siendo feliz y tienes dinero para ahorrarlo.

¿Me estás diciendo que no puedo disfrutar de lujos nunca? No, no digo eso, te puedes dar lujos de vez en cuando, pero recuerda que esos lujos es con el dinero sobrante después de haber ahorrado en primer lugar y pagado tus imprescindibles en segundo lugar.

Vale, dices que tengo que ahorrar primero pero ¿cuánto tengo que ahorrar? Ahorras lo que puedas. Se recomienda un mínimo del 10% de tus ingresos netos para hacer crecer tu riqueza, aunque si quieres llegar a la libertad financiera antes de tu jubilación (65 años) hay que manejar porcentajes bastante superiores, sobre el 30-50% o más. Es difícil llegar a esos números, aunque no es imposible. Y, en caso de no poder llegar a ese 10%, empieza con 10 euros, 5, 1, lo que sea, pero SIEMPRE ahorra, porque sino, estás trabajando y todo tu dinero se lo llevan otras personas. Y recuerda, si te estás dando lujos y no estás ahorrando, tienes que replantearte tus decisiones, porque así no se llega a la libertad financiera.

Entonces, si ahorro un 10% y pago todos mis indispensables ¿luego puedo despilfarrar el resto aunque sea más de un 10%? Sí, sí que puedes, pero volvemos al tema de las decisiones. Tus finanzas son tuyas personales y tú decides cómo vivir tu vida, pero recuerda cuál es nuestro objetivo y por qué estás leyendo esto. Si despilfarras más de lo que ahorras cada mes, tu meta estará mucho más lejos que si aumentas tus ahorros y despilfarras un porcentaje menor.

¿Y qué pasa cuando hay meses con más gastos de la cuenta? Como cuando tengo dos cumpleaños en un mes o en navidad y no puedo ahorrar. Te diré que no es excusa para no ahorrar. Navidad es el 25 de diciembre todos los años y los cumpleaños de tus amigos/familiares son el mismo día todos los años. Si te organizas, puedes ahorrar para esos gastos desde el primer día del año y así, cuando lleguen esas fechas, no serán gastos “extra” sino gastos presupuestados para los que te preparaste.

¿Y si algún mes me pasa algún imprevisto? Para ello tienes tu fondo de emergencia del que hablamos en una entrada anterior.

Si hay alguna pregunta que te surja, déjamela más abajo en los comentarios y podemos debatirlo, así todos aprendemos de todos.

Nos vemos en la siguiente.

¡A ser libres!

¿Ha sido 2020 un buen año?

¡Hola! Gracias por estar aquí de nuevo. Después de leer ese título estarás pensando: «vaya preguntita, Edu»; sin embargo la respuesta no es blanco o negro, hay un factor muy importante que inclina la balanza hacia un lado u otro y es independiente de lo que pase en el exterior. Dame un poco de margen aquí a que pueda explicarme antes de mandarme a freír espárragos.

Llevo un par de semanas pensando mucho, no sólo en las cosas que has leído en el blog, sino también en mi situación personal a día de hoy. Sí, este es un post de esos en los que te cuento un poco mi vida con la esperanza de transmitir las cosas buenas que estoy aplicando y me están funcionando.

Mi año 2020 empezó bien, mejoró mucho muy pronto y cayó de golpe junto al de todos cuando el Covid-19 nos golpeó. Enero de 2020 empezó con una resaca que para mí se queda, luego fue un mes en el que me concedieron la visa para emigrar a Australia. En un mes vendí mi coche, compré vuelos, preparé todas mis cosas y volé a reencontrarme con mi «brother from another mother», en Melbourne. Si llegué un miércoles, el mismo viernes tuve una entrevista y el lunes estaba ya haciendo algunas horas como monitor de tenis. No se me había quitado el jet lag y ¡ya estaba asentado! Bueno, eso hasta que gracias al Covid-19, me quedé 2 meses sin trabajo -¡Ouch!-.

Esos dos meses fueron duros, si te pasó a ti también, sabes a lo que me refiero. Es aquí donde entra en juego ese factor tan importante que te comenté en el primer párrafo: La mentalidad o mindset, en inglés. Las circunstancias que me tocaron vivir fueron las que fueron y yo tenía dos opciones: Pasar día tras día encerrado en la casa sintiendo pena por mí mismo convirtiéndome a mí mismo en una víctima, o tomar control de lo que me pasaba y sacar algo positivo de esta situación tan indeseable. No, no lo hice todo lo bien que podía haberlo hecho.

Decidí que si no iba a poder trabajar, por lo menos dedicaría el equivalente a una jornada laboral a buscar trabajo. En esos dos meses envié más de 200 currículums a distintos puestos de trabajo; aunque no había mucho movimiento en las contrataciones y, muchos empleadores expresaron abiertamente su posición acerca de priorizar a ciudadanos australianos antes de extranjeros además de que el gobierno invitó a los «backpackers» a volver a sus países si no tenían dinero para mantenerse sin trabajo en el país. El resultado fueron dos entrevistas de trabajo, una en una empresa donde querían explotarme por menos de 7AUD la hora, siendo el salario mínimo 19,84AUD por hora. Se salían con la suya al hacerme lo que en España es, desgraciadamente, muy común: FALSO AUTÓNOMO. Sí, en Australia también pasa. Estuve dos días hasta que me di cuenta de que todo lo que me habían dicho en la entrevista había sido mentira. La siguiente entrevista fue bien y me llevaron a «un día de prueba». Contrataron a otra persona.

Vale con la chapa, Edu. Sí ya voy, ¡ya voy! Todo esto te lo cuento porque durante esos dos meses me fui gastando mis reservas de dinero, por lo que mi estado de ánimo fue una montaña rusa llegando a pensar que mudarme a Australia había sido una mala idea, pero cuando tenía la mente serena pensaba en que en España estaría en una peor situación, porque en Melbourne nunca estuve confinado, por ejemplo.

Ahora aceleremos un poco hasta llegar a donde estoy ahora mismo. Cuando llegué al motel donde trabajo en el Territorio del Norte tenía 40AUD en el banco y bastante estrés. Aquí fue donde mi mentalidad dio un giro de 180º y comencé proactivamente a mejorar mi vida día a día. En Tennant Creek, donde vivo, no hay nada para hacer. Estoy en mitad de la nada y la verdad es que es bastante aburrido; de nuevo tengo dos opciones: ¿Paso mis días viendo series en Netflix y perdiendo el tiempo después de trabajar, o aprovecho este tiempo para cultivar y mejorar el mayor activo que tengo (mi mente)?

Como puedes ver, elegí lo segundo. Empecé a leer libros de finanzas personales, empecé a escuchar podcasts y audiolibros mientras trabajo limpiando las habitaciones en lugar de música, por las tardes seguía leyendo blogs y tomando apuntes de los podcasts y audiolibros que escuchaba. También empecé a levantarme a las 6:40 por las mañanas para ir a correr antes de trabajar (quién me ha visto y quién me ve) y comencé a escribir este blog para obligarme a no parar, ya que me he autoimpuesto un compromiso contigo, que me lees, de publicar una entrada semanal.

En los libros aprendí muchas cosas como has podido ver en las entradas publicadas hasta ahora, pero no es lo que he aprendido ni lo que tengo a día de hoy lo importante. Lo importante aquí es ese giro de 180º en mi mentalidad: ahora vivo mi vida desde la ignorancia y soy consciente de que no sé muchas cosas y estoy abierto a aprender lo que sea de quien sea mientras aporte valor a mi vida y me acerque a mi meta.

A ratos siento que estoy «perdiendo el tiempo» aquí en este pueblucho, pero rápidamente expulso ese sentimiento de mi cabeza y lo reemplazo por este otro: «Estás en Australia, estás aprendiendo mucho día tras día y estás sentando la base de tu libertad financiera». Esto trae inmediatamente una sonrisa a mi cara, porque tengo una meta definida y sé que cada paso que doy me lleva más cerca a conseguirla.

Imagina ahora que no haya tenido ese cambio de mentalidad y hubiera decidido trabajar y pasar el tiempo libre compartiendo memes en Facebook (si me tienes agregado, sabes que esto no lo he dejado, me río mucho con ellos como para parar) y viendo series de Netflix. Pues a día de hoy ni tendría el blog, ni habría definido tan al dedillo mi meta, ni sería feliz, porque no tendría la mentalidad adecuada para crear mi felicidad y estaría enfocado en los aspectos menos atractivos de esta etapa.

Imagen de Karen Castilla

Resumiendo para dejar claro lo que quiero transmitir, que siempre me voy por las ramas. La situación externa no es la que causa que seas feliz o no, el que haya una pandemia ahora mismo puede ser visto de dos formas:
1- Qué mal todo, la vida es una mierda.
2- Ahora tengo la oportunidad de mejorar como persona.

Tú decides cuál de las dos afirmaciones te vas a repetir día tras día, pero recuerda que la que repitas será la que domine tu vida de aquí en adelante, tal y como dice la parábola de los dos lobos:

El jefe de una tribu Cheerokee le habla a su nieto acerca de la vida.
Le dice:
– Una gran batalla está ocurriendo dentro de mí. Es una lucha terrible entre dos lobos. Uno de los lobos es el mal: él es el temor, la ira, el envidia, la codicia, la arrogancia, el resentimiento, la mentira, la soberbia, la culpa. El otro es el bien: él es la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la humildad, la generosidad, la verdad, la compasión, la dulzura y la fé.

Esta misma pelea ocurre dentro de ti y dentro de cada uno de nosotros.
El niño se queda pensando en lo que le había dicho su abuelo y pasado unos segundos le pregunta:
– ¿Qué lobo ganará?
El anciano mira a su nieto fijamente y contesta:
– El que alimentas.

Entonces, respondiendo a la pregunta que he hecho en el título de la entrada: Sí, 2020 ha sido muy buen año y lo seguirá siendo, porque tengo la oportunidad, día tras día, de mejorar como persona y porque estoy persiguiendo mi sueño y sé que cada paso que estoy dando, me acerca a él.

Muchas gracias por leer hasta aquí, espero que esta entrada te haya dado algo que pensar y ojalá sea algo positivo.

¡A ser libres!

Reprograma tu cerebro

Hola de nuevo. Vaya chapa te di la semana pasada con el tema de que estamos programados para ser pobres y que los ricos están programados para ser ricos y toda esa retahila que puedes leer aquí. Hoy vengo a complementar ese post con unos trucos para eliminar la programación «pobre» de nuestro cerebro y prepararnos para sustituirla por una programación «rica». Estos trucos los aprendí en el libro «Los Secretos de la Mente Millonaria – T Harv Eker». Recuerda una cosa: tu condicionamiento actual ha determinado las acciones que has llevado a cabo hasta hoy, produciendo los resultados que tienes a día de hoy; si no estás 100% satisfecho con ello, te interesa seguir leyendo esto con la mente abierta.

Antes de entrar en faena, primero hay que entender las 3 formas primordiales en las que se nos condiciona desde niños:

  1. Condicionamiento verbal: Lo que te decían cuando eras pequeño
  2. Imitación: Lo que veías cuando eras pequeño
  3. Incidentes específicos: Lo que experimentaste cuando eras pequeño

Condicionamiento verbal
Seguro que de pequeño escuchaste cosas como:
«El dinero no crece en los árboles»
«¿Quién te crees que soy, el Banco de España?
«Los ricos son avariciosos»
«Tienes que trabajar duro para ganar dinero»
«No nos lo podemos permitir»
«No todo el mundo puede ser rico»

Todas estas afirmaciones que escuchaste cuando fuiste pequeño/a se quedaron grabadas en tu subconsciente como parte de tu programación mental y, a día de hoy, gobiernan tus finanzas. Quizá pienses «menudo flipao», pero piensa sobre ello: cuando desde pequeño se nos relaciona el dinero con emociones de estrés o preocupación y se nos afirma que quien tiene mucho dinero es avaricioso o egoísta, y crecemos con esa convicción, nuestro subconsciente no va a querer ser así, por lo que nos hará gastar nuestro dinero para tener lo que él cree que es la cantidad que una persona «buena» debe tener.

Modelado/Imitación
Cuando nacemos, no sabemos nada, tenemos ciertos instintos básicos como el reflejo de mamar, pero estos instintos básicos no son conocimientos, sino que se convierten en ellos a medida que realizamos estas acciones de manera repetitiva o vemos a otra persona hacer cosas constantemente. De esta manera podemos ver que la imitación es de las formas más básicas en las que los seres humanos aprenden y se desarrollan, ya sea la manera en la que gesticula un niño, su cultura, su idioma, su religión (o ausencia de ella), etc. Entendiendo esto -y volviendo al tema que nos atañe- podemos llegar a la conclusión de que, según los comportamientos con respecto al dinero que tuvieran nuestros padres durante nuestra infancia, será moldeado nuestro comportamiento en un futuro. Pregúntate estas cosas:
¿Eran tus padres buenos gestionando sus finanzas, o solían estar endeudados?
¿Tus padres invertían su dinero o no?
¿Solían tus padres tomar riesgos o preferían la seguridad?
¿El dinero entraba en casa de manera sencilla o era siempre un problema?

Al responderte a ti mismo estas preguntas de manera sincera, empezarás a entender ciertas cosas ya que, generalmente, en el área financiera solemos ser iguales a uno o ambos de nuestros progenitores, pero ten en cuenta que lo contrario también puede ocurrir: algunos de nosotros decidimos rebelarnos, ya sea por ira o por resentimiento. En otra entrada hablaré sobre la importancia de tener una meta positiva a la hora de empezar a crear riqueza en lugar de una negativa como puede ser la ira o el resentimiento.

Incidentes específicos
Las experiencias que tuviste durante tu infancia y adolescencia con respecto al dinero son las que dieron forma a las creencias que gobiernan tu vida financiera a día de hoy. Cosas como:
Tus padres compraron un coche nuevo financiado / compraron de segunda mano y pagado cash
Tus padres invertían el dinero y hablaban alégremente de ello
Tus padres se veían especialmente preocupados y estresados cuando llegaban las facturas

Siempre se compraban cosas buenas y caras a crédito
Cada vez que se hablaba de dinero se decían cosas negativas o positivas

Esto son únicamente ejemplos básicos para entender de lo que hablo, obviamente cada quién tuvo sus experiencias únicas a su unidad familiar.

Ya hemos visto las tres formas en las que nuestro cerebro es condicionado para pensar de una manera específica con respecto al dinero, pero no te preocupes, que también te voy a dar los trucos para cambiar esto y tomar el control de tu relación con el dinero. Primero dividiremos este proceso en 4 partes:
1- Conciencia: no puedes cambiar algo que no sabes que existe
2- Comprensión: Cuando entiendes de dónde vienen tus pensamientos, puedes reconocer que vienen de fuera de ti
3- Disociación: Cuando comprendes que esos pensamientos no son tú, puedes separarte de ellos y elegir, a partir de ahora, si quieres seguir pensando así o prefieres desarrollar tus propios pensamientos basados en quién eres hoy y quién quieres ser el día de mañana.
4-Recondicionamiento: Introduce una nueva programación en tu cerebro.

Acciones para redirigir nuestra programación verbal
1- Conciencia: Escribe, ya sea en papel o digital, todo lo que recuerdes haber escuchado sobre el dinero, la riqueza y los ricos cuando eras jóven.
2- Comprensión: Escribe cómo piensas que estas afirmaciones han afectado tu vida
3- Disociación: ¿Puedes ver que estos pensamientos representan únicamente lo que aprendiste y no quién eres?

Acciones para redirigir nuestra programación por modelado/imitación
1- Conciencia: Considera las formas de ser y los hábitos de cada uno de tus padres en cuanto al dinero y la riqueza. Escribe qué tan parecido o distinto eres a cada uno de ellos.
2- Comprensión: Escribe los efectos que este modelado ha tenido en tus finanzas
3- Disociación: ¿Puedes ver que esta froma de ser representa únicamente lo que aprendiste y no quién eres? ¿Te das cuenta de que tienes la opción, en el presente, de ser distinto?

Acciones para reprogramar nuestra programación por incidentes específicos
1- Conciencia: Intenta recordar un incidente emocional específico que experimentaste cuando eras pequeño sobre el dinero
2- Comprensión: Escribe cómo este incidente específico puede haber afectado a tus finanzas actuales
3- Disociación: ¿Puedes ver que esta froma de ser representa únicamente lo que aprendiste y no quién eres? ¿Te das cuenta de que tienes la opción, en el presente, de ser distinto?

Te habrás dado cuenta tú también de que dividí la reprogramación en 4 partes y te he dado sólo 3 acciones en cada segmento. La cuarta viene una vez hayas interiorizado esas tres y es en el punto en el que me encuentro yo ahora mismo. Este cuarto punto ha de ser una decisión personal, porque no todo el mundo tiene las mismas necesidades. Yo, por ejemplo, quiero tener un Tesla en algún punto de mi vida y una pista de tenis en mi casa, por lo que la programación que estoy instalando en mi cerebro es la de alguien que pueda permitirse tal vehículo y tal tamaño de parcela, pero si tú no necesitas tales lujos, tu programación no será igual a la mía. Hay miles de libros, blogs y podcasts que te ayudarán con esto. El libro del que he sacado la información aquí expuesta propone una programación muy interesante. Recomiendo al 100% la lectura del libro «Los secretos de la mente millonaria».

Como siempre, muchas gracias por leerme. Espero que te haya servido de algo, y si así ha sido, te agradecería mucho que me dieras tu feedback en los comentarios, en la página de Facebook o en el grupo. Nos vemos en la próxima.

¡A ser libres!

¿Nos han programado para ser pobres?


¡Hola a tod@s! Hoy vengo con información muy, muy interesante sobre qué es la programación mental y cómo esta modela nuestra relación con el dinero.

Vamos por partes, como diría Jack: La programación mental no es ni más ni menos que los conocimientos adquiridos durante nuestro desarrollo mental, especialmente durante nuestra infancia. Al nacer, somos un lienzo en blanco, una tábula rasa, como diría el filósofo inglés Locke, en la que nuestro entorno pinta y diseña nuestra forma de pensar, de relacionarnos y de actuar.

¿Por qué es importante nuestra programación mental conforme al dinero? Pensé que nunca me lo preguntarías y me alegra mucho que lo hayas hecho. La razón es bastante simple: la mayoría de las personas no tienen la capacidad interna de generar y mantener grandes cantidades de dinero y los retos que conlleva mantener ese nivel de riqueza. Un ejemplo perfecto de la diferencia de programación mental es la comparación entre las personas que ganan una gran cantidad de dinero en la lotería y los millonarios hechos a sí mismos:

  • Ganadores de lotería: El 70% de los ganadores de lotería acaban arruinados en un plazo de 5 años. Esto se debe, principalmente a su programación mental con respecto al dinero. No son capaces de mantener la riqueza, porque no están programados para ello. La profesora de Estudios de Economía y Empresa de la UOC Elisabet Ruiz ha afirmado que «si una persona ha vivido en una familia en la que nunca ha habido dinero, cuando le toque la lotería se lo gastará enseguida porque no está acostumbrada a tener estas cantidades»; por lo tanto, podemos afirmar que con una programación equivocada, no importa el dinero que ganemos, siempre volveremos al nivel financiero al que estamos acostumbrados a manejar.
  • Millonarios hechos a sí mismos: Es común leer noticias que nos dicen cosas como «La acción de Tesla cae más del 20% después de que Elon Musk dice que «está muy cara»» pero aún con esas pérdidas multimillonarias, Musk sigue siendo multibillonario y Tesla sigue creciendo. Esto es, porque la programación mental de Elon Musk es aquella de un billonario. Él está programado para generar y mantener miles de millones de dólares y manejar las operaciones de varias empresas multimillonarias (Tesla, Solar City, Space X, The Boring Company, etc). He usado a Elon como un ejemplo con mucha visibilidad, pero hay muchos más que han perdido grandes cantidades de dinero, incluso han caído en bancarrota y han vuelto a generar riqueza en relativamente poco tiempo.

Vale, Edu, muy bien, los millonarios son más listos que yo y por eso tienen dinero y yo no, ¿es eso lo que me estás diciendo? No. Ellos no son más inteligentes ni más especiales que tú. Ellos simplemente saben cosas que la mayoría de las personas no, porque no se enseñan en los colegios, institutos o universidades. La clave del éxito de los ricos no se basa en la cantidad de dinero que ganan o que tienen en el banco; se basa en su mentalidad hacia el dinero.

Decidme si os suena algo del siguiente ejemplo: Carla es parte de la clase media. Tiene un coche con sus añitos encima, que todavía funciona de maravilla, vive en un apartamento de alquiler con una compañera de piso y sale de vez en cuando a tomarse algo con sus amigas y amigos. A Carla un día, por su dedicación y buenos resultados en el trabajo, la ascienden en el trabajo y empieza a ingresar 300€ netos extra al mes. Carla, con su nueva posición y su nuevo nivel adquisitivo decide jubilar su confiable coche vendiéndolo para comprarse un nuevo Seat Ibiza con su pantallita, su cámara marcha atrás, etc. Y como tiene más efectivo, sus salidas aumentan en frecuencia de un par de veces a la semana a 3 o 4 salidas entre cenas, cafés y desayunos. Esto os tiene que sonar, aunque sea un poquito, si habéis leído mis posts anteriores porque este comportamiento lo tuve yo y lo explico en el «error 2» de esta entrada.

La programación mental de Carla, al igual que la mía en su momento, con respecto al dinero es deficiente desde el punto de vista de acumular riqueza para, en un futuro, poder ser libre financieramente. Ella está programada para aumentar gastos conforme sus ingresos aumenten; por lo tanto, no importa si le aumentan el sueldo 1000€ al mes más o si gana la lotería, ella encontrará en qué gastar el dinero para que su balance no exceda aquel que está acostumbrada a gestionar.

Nuestra situación económica actual, siendo sinceros, es el fruto que nace de nuestras raíces (programación mental). Generalmente pensamos que nuestro problema es de dinero; sin embargo no lo es. Si seguimos con la analogía de los frutos y las raíces, siendo el dinero los frutos y las raíces nuestra mentalidad y conocimientos, podemos decir que si un árbol da un fruto que no se puede comer, ya sea porque no madura, porque se pudre antes de tiempo o cualquier otra razón, podemos decir que el problema es del fruto y quitarlo del árbol creyendo así que hemos solucionado el problema, pero meses más tarde vuelve a crecer ese fruto incomestible. Y esto es, precisamente, porque lo que nutre al árbol y le da la vida son sus raíces bajo tierra. El problema está oculto; no lo vemos. Nos enfocamos en lo visible, pero tenemos que tener en cuenta que nuestro mundo visible es meramente un reflejo de nuestro mundo invisible, nuestro mundo interior.

Por tanto, podemos sacar la conclusión de que nuestros problemas NO son de dinero, sino de nuestra mentalidad y conocimientos sobre él. Si nunca nos han enseñado a crear riqueza y mantenerla, no importará la cantidad de dinero que nos pongan por delante, siempre lo gastaremos. Tenemos que fijarnos en nuestras raíces y trabajarlas, para que así nuestros frutos sean de alta calidad.

Para concluir os voy a regalar una fórmula expuesta en el libro «Los secretos de la mente millonaria» escrito por T. Harv Eker llamada «El proceso de manifestación»:

PM=P Programación Mental causa nuestro Pensamientos
P=S Pensamientos causan nuestros Sentimientos
S=A Sentimientos provocan nuestra Acción
A=R Acción genera Resultados

Esta fórmula se puede reducir a PM=R; es decir: nuestra programación mental es la que nos da los resultados que tenemos a día de hoy.

En la siguiente entrada os explicaré las formas básicas en las que somos programados y daré las acciones que podéis tomar para cambiar vuestra programación mental actual por una programación más adecuada para la creación de riqueza.

Te invito a comentar bajo esta entrada lo que opinas y si crees que me he dejado algo en el tintero, ya que hay demasiadas cosas de las que se podría hablar sobre este tema y seguramente se me haya quedado algo por contar.

Como siempre, muchísimas gracias por leerme. Hasta la próxima.

¡A ser libres!