Vivir por debajo de tus posibilidades 101

Muy buenas, me alegra que estés aquí otra semana más.

Como te prometí la semana pasada, hoy voy a compartir contigo mi visión sobre qué significa, realmente, vivir por debajo de nuestras posibilidades y cuánto por debajo debemos vivir para llegar a nuestra meta de ser financieramente libres, porque sí, todo lo que escribo aquí es orientado a alcanzar la libertad financiera.

Vivir por debajo de nuestras posibilidades es, simplemente, gastar menos de lo que se gana para ahorrar e invertir el restante y, de esta manera, crear riqueza. Esto es bastante simple si sigues los pasos que te dejé en esta entrada. Básicamente: lo más importante si aún no tienes un hábito de ahorrar e invertir o no logras ahorrar todo lo que te gustaría, es controlar tus gastos: Apunta TODO lo que gastes en una libreta, en una app tipo Fintonic, en las notas del móvil, donde sea, pero apunta cada euro que gastes. Cuando sepas a dónde va cada uno de tus euros, podrás reubicarlos en otros sitios más importantes para tu vida.

Cuando controlas tus gastos, tú decides, es así de simple. Una vez tienes tus gastos controlados es cosa de hacer un ejercicio de autoanálisis: de todas las cosas en las que gastas, qué es indispensable, qué cosa aportan valor real a tu vida y qué cosas son meros lujos prescindibles. Te lo aclaro más abajo:

  1. Indispensable: alquiler o hipoteca, facturas (de luz, agua, teléfono, etc.), compra en el supermercado, transporte.
  2. Cosas que aportan valor: cualquier cosa que te haga feliz. En mi caso sería todo lo relacionado con jugar al tenis, café de calidad, cervezas especiales, bailar y la comida (ya sea en restaurantes o comprando producto de primera calidad que no compraría a diario por precio). En tu caso quizá sea el maquillaje, el crossfit, el dibujo, la lectura… Cualquier cosa que te haga feliz de verdad.
  3. Lujos prescindibles: ropa de marca, usar el coche sin necesidad, entrar en Tiger a mirar y salir con 35€ de cosas que vas a perder a los dos días, salir a comer fuera varias veces a la semana, etc. Por simplificarlo, cosas que no te aportan nada extra si lo comparas con otras alternativas más baratas o gratuitas.

Una vez tienes claro qué gastos van en cada una de las clasificaciones, ya has ahorrado; porque lo prescindible puedes eliminarlo de golpe. Luego puedes buscar formas de ahorrar dinero en las otras dos categorías, ya sea buscando un alquiler más barato o alquilando una habitación en tu casa para pagar parte de la hipoteca. Buscando una compañía de teléfono más económica o negociando tu factura con tu compañía actual. Aprovechándote de las ofertas del supermercado y cocinando las comidas de la semana en casa. Utilizando el coche solo para lo que sea estrictamente necesario, etc. Hay millones de formas de ahorrar dinero sin privarte de nada y únicamente requieren un poco de tu tiempo para organizarlo todo.

Recuerda que cada euro que ahorres mensual es un aumento de sueldo inmediato que te estás dando tú a ti misma/o, por lo que, si te da pereza pasar un par de horas un día o dos al mes en hacer esto, piensa que ese par de horas quizá te ahorre 50€ al mes, que son 600€ al año. No salen mal esas cuentas ¿verdad?

Ahora que sabes a dónde va cada euro, has recortado en las cosas que no son importantes y has logrado reducir gastos en las que sí son importantes además de ahorrar todo ese dinero sobrante: te habrás dado cuenta de que no eres menos feliz que antes, porque has recortado en cosas que no te hacían feliz realmente y que te lastraban tu progreso financiero. Ahora sigues siendo feliz y tienes dinero para ahorrarlo.

¿Me estás diciendo que no puedo disfrutar de lujos nunca? No, no digo eso, te puedes dar lujos de vez en cuando, pero recuerda que esos lujos es con el dinero sobrante después de haber ahorrado en primer lugar y pagado tus imprescindibles en segundo lugar.

Vale, dices que tengo que ahorrar primero pero ¿cuánto tengo que ahorrar? Ahorras lo que puedas. Se recomienda un mínimo del 10% de tus ingresos netos para hacer crecer tu riqueza, aunque si quieres llegar a la libertad financiera antes de tu jubilación (65 años) hay que manejar porcentajes bastante superiores, sobre el 30-50% o más. Es difícil llegar a esos números, aunque no es imposible. Y, en caso de no poder llegar a ese 10%, empieza con 10 euros, 5, 1, lo que sea, pero SIEMPRE ahorra, porque sino, estás trabajando y todo tu dinero se lo llevan otras personas. Y recuerda, si te estás dando lujos y no estás ahorrando, tienes que replantearte tus decisiones, porque así no se llega a la libertad financiera.

Entonces, si ahorro un 10% y pago todos mis indispensables ¿luego puedo despilfarrar el resto aunque sea más de un 10%? Sí, sí que puedes, pero volvemos al tema de las decisiones. Tus finanzas son tuyas personales y tú decides cómo vivir tu vida, pero recuerda cuál es nuestro objetivo y por qué estás leyendo esto. Si despilfarras más de lo que ahorras cada mes, tu meta estará mucho más lejos que si aumentas tus ahorros y despilfarras un porcentaje menor.

¿Y qué pasa cuando hay meses con más gastos de la cuenta? Como cuando tengo dos cumpleaños en un mes o en navidad y no puedo ahorrar. Te diré que no es excusa para no ahorrar. Navidad es el 25 de diciembre todos los años y los cumpleaños de tus amigos/familiares son el mismo día todos los años. Si te organizas, puedes ahorrar para esos gastos desde el primer día del año y así, cuando lleguen esas fechas, no serán gastos “extra” sino gastos presupuestados para los que te preparaste.

¿Y si algún mes me pasa algún imprevisto? Para ello tienes tu fondo de emergencia del que hablamos en una entrada anterior.

Si hay alguna pregunta que te surja, déjamela más abajo en los comentarios y podemos debatirlo, así todos aprendemos de todos.

Nos vemos en la siguiente.

¡A ser libres!

¿Qué es vivir por debajo/encima de tus posibilidades?

¡Muy buenas! Hoy vuelvo con otra reflexión, que espero te aporte algo o, al menos, te haga pensar sobre esto en adelante.

Como bien dice el título, siempre se nos ha dicho aquello de «vivir por encima de tus posibilidades es malo» o «hay que vivir por debajo de tus posibilidades para estar seguro», pero ¿qué es vivir por debajo o por encima de tus posibilidades? ¿Cuáles son mis posibilidades? ¿Cómo sé si estoy por debajo o por encima? ¿Y si quiero vivir de acuerdo a mis posibilidades sin irme por encima o por debajo? Pues sobre esto estuve pensando largo y tendido y hoy vengo a contártelo.

He hecho esta pequeña clasificación por facilitar la comprensión del concepto:

  • Vivir por encima de tus posibilidades = gastar dinero que no tienes (ganas 1000€, gastas 1200€ = 200€ de deudas = preocupación)
  • Vivir por debajo de tus posibilidades = siempre tener excedente (ganas 1000€, gastas 800€ = 200€ ahorrados = aumento de tu riqueza de 200€ al mes)
  • Vivir acorde a tus posibilidades = gastar todo lo que tienes sin endeudarte (ganas 1000€ gastas 1000€ = 0€ ahorrados = tu riqueza no aumenta)

Entonces, teniendo esto en cuenta es fácil pensar que el único error es vivir por encima de tus posibilidades, porque queda claro que vas a peor cada mes, cavando más y más profundo el hoyo de la deuda, y que las correctas son vivir por debajo y acorde a tus posibilidades, porque no te endeudas. Bueno, más abajo te contaré mi forma de ver cada caso con ejemplos y, al final, te daré mis conclusiones, pero me encantaría conocer las tuyas también.

  • Vivir por encima de tus posibilidades es un error bastante grave, porque mes a mes tu riqueza decrece y tus gastos aumentan, por lo que cada mes pierdes más y más dinero. Teniendo en cuenta que nuestro objetivo es ser financieramente libres, este estilo de vida NO nos acerca a nuestro objetivo, sino que nos aleja de él. Este estilo de vida, generalmente, lo provocan las ganas de aparentar ser lo que no se es: Comprar coches nuevos o de lujo, comprar ropa de diseñador, accesorios caros, salir a restaurantes de alto nivel, etc.
  • Vivir por debajo de tus posibilidades es lo correcto ya que nuestra meta es ser financieramente libres y, con este estilo de vida, cada mes tus facturas están pagadas y tus ahorros aumentan, acercándote día a día y mes a mes a tu objetivo. Este estilo de vida, generalmente, lo provoca una buena educación financiera y una valoración real de lo que es importante para nosotros y lo que no, reduciendo así gastos sin valor real. Por ejemplo: un Ford Focus te lleva igual que un BMW Serie 1 y por una fracción del precio y una camisa del H&M te viste igual que una de Emporio Armani.
  • Vivir de acuerdo a tus posibilidades también es un error porque vives de salario en salario y cualquier emergencia (por ejemplo: tienes que cambiar el embrague del coche o perder el trabajo) te llevaría a endeudarte y te sería muy difícil salir de esa situación, ya que nunca tuviste excedentes y ahora tus gastos han aumentado. Deberías, en esta ocasión, cambiar el nivel de vida al que estás acostumbrado/a para lograr pagar esa deuda. Entonces, si lo pensamos bien, vivir de acuerdo a tus posibilidades es muy similar a vivir por encima de tus posibilidades, porque el más mínimo aumento en tus pagos te lleva a endeudarte.

En conclusión, pienso que vivir por debajo de tus posibilidades es, realmente, vivir de acuerdo con tus posibilidades. La única forma en la que nunca serás esclavo de tu dinero o tus deudas es no tener deudas nunca y, para ello, es importante tener un buen fondo de emergencias del cual salgan todos esos gastos inesperados, además de un buen colchón económico para solventar una pérdida de trabajo o un ERTE, como ha ocurrido este último año con el Covid-19. No es lo mismo afrontar un descenso en nuestros ingresos teniendo 12 meses de gastos ahorrados que sin tener nada que te mantenga a flote.

En la próxima entrada hablaremos sobre qué significa, realmente, vivir por debajo de tus posibilidades y cuánto por debajo de tus posibilidades debemos vivir. Igualmente, recuerda que las finanzas personales son personales, todo lo que escribo aquí me sirve a mí y quizá a otras personas con una situación o mentalidad parecida a la mía, pero todo es extrapolable.

Nos vemos en la próxima entrada.

¡A ser libres!

Disciplina, hábitos y distracciones

¡Feliz año nuevo! Quizá te hayas dado cuenta, entre todo el barullo de eventos, noticias y fiestas del pasado mes de diciembre, de que no publiqué nada durante todo el mes. Esto fue porque me fui de vacaciones a Melbourne a pasar la navidad con mi gran amigo Javi y desconecté al 100% de todo lo que venía haciendo durante los 3 meses y medio anteriores.

Ya estoy de vuelta, eso sí, y hoy vengo a hablar de algo sobre lo que he estado reflexionando bastante en las últimas semanas. Esto es, sobre la importancia de la disciplina, la creación de hábitos y el rol que juegan las distracciones en el camino hacia la libertad financiera, siempre desde mi punto de vista.

Esta reflexión viene después del mes que pasé en Melbourne, donde tengo todo lo que deseo al alcance de mi mano, en comparación con los meses que estuve en Tennant Creek, donde no hay prácticamente nada que hacer en términos de ocio. Ambos lugares tienen sus ventajas y desventajas en cuanto a la productividad.

En Tennant Creek no tengo distracciones, ya que mis actividades fuera del horario de trabajo son muy limitadas, lo cual me permite dedicar bastante tiempo a mis proyectos y a aprender conceptos nuevos; por lo cual puedo decir que en Tennant Creek me es muy fácil crear hábitos productivos, ya que no me hace falta ser muy disciplinado: En cambio en Melbourne, donde tengo muchas distracciones, me es más difícil crear esos hábitos ya que nunca fui muy disciplinado en este aspecto. ¡Todo es trabajarlo!

Todo eso está muy bien pero ¿cómo me hago más disciplinado? y ¿cómo puedo crear esos hábitos? Pues es más sencillo de lo que crees. Para crear un hábito tienes que tener un mínimo de disciplina para «obligarte» a hacer la actividad que quieres convertir en un hábito todos los días. Los hábitos tardan 21 días en crearse, por lo que tienes que tener en cuenta que tienes que hacer eso diariamente sin fallo durante 21 días seguidos, por lo cual, tienes que tener en cuenta un par de cosas básicas:

  1. Debes estar motivado/a para realizar la actividad.
  2. La actividad que quieras convertir en un hábito debe ser fácil de llevar a cabo. Debe requerir poco esfuerzo por tu parte para que, incluso cuando no tengas la motivación, puedas realizar esa actividad.
  3. Debes tener algún recordatorio de que debes realizar la actividad. La alarma en el móvil es muy útil para esto: la dejas programada y todos los días a esa hora te recordará que debes empezar con tu actividad. También puedes utilizar un hábito que ya tengas como recordatorio. Por ejemplo: lavarte los dientes, cenar, cuando vuelvas del trabajo, etc.

Te pongo un ejemplo de cómo lo hago yo. Estoy aprendiendo a meditar y quiero crear el hábito de meditar diariamente. Siguiendo las bases que te he contado más arriba, esta es la manera en la que lo estoy haciendo:

  1. Estoy motivado, ya que he aprendido que la meditación ayuda tanto con el estrés como con la concentración y la capacidad de aprender, entre otras cosas.
  2. Meditar puede parecer fácil, pero para alguien como yo, que necesita estímulos externos constantemente, es bastante complicado sentarme a meditar por 20 minutos así de golpe, por lo que descargué una app en el móvil (Atom) que me guía las meditaciones y va elevando el nivel progresivamente. El primer día fueron 2 minutos, al quinto día ya eran 6 minutos, y esos 6 minutos se sintieron más rápidos que los dos minutos del primer día. Esa cantidad de tiempo es ínfima y no cuesta nada de esfuerzo llevar la meditación a cabo.
  3. Tengo las notificaciones de la app para recordarme pero, además, utilizo un hábito que ya tengo: medito justo después de tomarme el café por la mañana (aunque últimamente lo estoy haciendo antes del café y me gusta más).

Como ves, es muy sencillo. Muchas veces queremos hacerlo todo de golpe, queremos resultados inmediatos, resultando en frustración y una falsa sensación de incapacidad de ser disciplinados cuando lo que estamos haciendo es quemarnos a nosotros mismos. ¿Nunca te ha pasado que vas al gimnasio o empiezas a hacer ejercicio después de un largo tiempo sin hacer nada y quieres empezar por donde lo dejaste? ¿Cómo termina saliendo eso? Pues ya te lo digo yo, que lo he hecho más de una y de dos veces: MAL. Al día siguiente te mueres de dolor con las agujetas o pasan dos o tres días y tienes que descansar porque tu cuerpo no da para más y ¡PAM! Rompiste el ciclo y tienes que volver a encontrar esa motivación para empezar de nuevo y no parar hasta haber completado los 21 días.

Pues eso es todo lo que tengo por hoy. Me alegra volver y dedicarle tiempo a este proyecto, aunque no me arrepiento de las vacaciones que me he pegado,¡que me lo pasé muy bien!

Nos vemos en la próxima entrada.

¡A ser libres!

Formas de aumentar tus ingresos – Ascenso

¡Hola, hola! Muchas gracias por venir otra semana más a leerme. Esta semana vengo con un autoanálisis inspirado por algo que leí en un libro y escuché en un podcast. Es curioso cómo hacemos cosas casi sin darnos cuenta y no es hasta que nos paramos a pensarlo que entendemos nuestro comportamiento.

Como ya te comenté, una de las formas de crear riqueza es aumentar nuestros ingresos, y el primer paso que debes tomar en esa dirección es intentar conseguir un ascenso en el sitio en el que pasas la mayor parte de tu tiempo: tu trabajo actual. Quizá estés pensando que no es tan fácil, que ya llevas tiempo siendo de los mejores en tu puesto y tu jefe no te lo reconoce, que has pedido subidas de sueldo o te has postulado para esa posición de supervisor/a y acabaron contratando de fuera, frustrándote mucho y hasta has pensado en irte a otro trabajo donde «sí que te reconozcan lo bien que trabajas y te asciendan a una posición de más responsabilidad y con mejor salario».

Seguro piensas que cuanto mejor hagas tu trabajo actual, más fácil será que te asciendan y quizá tengas algo de razón. Si eres un mal trabajador, no te van a ascender jamás pero, que seas el mejor en tu posición no significa que seas bueno en una posición por encima de la tuya. Son habilidades distintas y eso hay que tenerlo claro, porque puedes acabar muy frustrado/a si te matas a trabajar en tu puesto, pero no te consideran para ascensos.

Bien, en mi experiencia personal, las veces que he sido ofrecido o pedí un ascenso ha sido porque he aprendido a hacer las cosas que hacen mis supervisores y les he hecho su trabajo más fácil al entender lo que necesitan y, en consecuencia, me iban dando más responsabilidades y mis compañeros entendían que yo era la persona a la que podían acudir, si tenían alguna pregunta, en lugar de ir directamente al supervisor o director. Esto fue lo que hizo que mis jefes, cuando pensaran en ascender a alguien, mi nombre saliese de los primeros. Y no, no era de los mejores trabajadores. Tampoco era de los peores, sino un trabajador en el que se puede confiar y que hace las cosas fácil para las personas en cargos superiores.

Mi conclusión es: Si buscas mejorar tu posición en la empresa en la que trabajas, debes aprender a hacer lo que hacen los que están por encima de ti y demostrar que sabes hacerlo bien. Esto puede ser obteniendo cualificaciones extra, ya sean cursos online, presenciales o a través de los programas que tenga tu empresa.

La mejor manera de llevar este plan a cabo es a medio-largo plazo, no esperes un ascenso en un mes. Sigue estos puntos y tendrás el éxito casi asegurado:

  • Pídele a tu jefe una reunión y, en esa reunión, dile que quieres progresar en la empresa y que buscas un aumento de sueldo o un ascenso y que quieres saber qué espera él de ti para llegar a ese punto. Esto eliminará el factor sorpresa cuando, finalmente, pidas el aumento de sueldo o ascenso. A nadie le gusta estar en una posición en que no esperaba estar.
  • Toma apuntes sobre lo que te diga tu jefe durante la reunión. Así no olvidarás nada y tu jefe verá que realmente tienes la intención de conseguirlo.
  • Al acabar esa reunión pídele otra reunión 3 meses más adelante para evaluar tu progreso y que te diga si vas bien o tienes que mejorar en otras áreas. De esta manera lo pondrá en su calendario y, llegado el momento, tendrás asegurada esa reunión.
  • En la reunión de los 3 meses tienes que llevar una lista de los puntos a tratar y plantear tus dudas. Haz preguntas específicas en las que no haya confusión. «Me pediste que mejorase en X aspecto, ¿cómo me ves a día de hoy?». Toma apuntes del feedback que te sea dado y aplícalo en tu día a día y pide la última reunión en otros 3 meses (o el tiempo que creas necesario para cumplir con todo lo que te haya dicho).
  • En esta última reunión deberás haber cumplido con todo o con la mayor parte de los requisitos que te haya dado tu jefe en la primera reunión. Expón tus resultados y demuestra que has cumplido con tu parte. Ahora es el turno de tu jefe de volver a darte feedback y, si has conseguido lo que te pidió, cumplir con lo que te dijo en la primera reunión.

Quizá en ese momento no te puedan ascender porque no tengan posiciones o quizá porque han llegado ya a su presupuesto para ese periodo, pero puedes concretar una fecha aproximada para ese ascenso o subida de sueldo en los meses siguientes. Ten en cuenta que tu jefe quizá no quiera darte el ascenso igualmente. Eso sería un buen indicador de que deberías buscar otro puesto de trabajo fuera de tu empresa actual, porque si tu empresa no valora y recompensa tu esfuerzo por mejorar y aportar más en tu trabajo, no es el sitio donde te interesa estar. Además, en este punto estarías buscando un puesto de trabajo con tus nuevas habilidades, no con las anteriores, por lo que no has perdido el tiempo. Recuerda que invertir en ti mismo es lo mejor que puedes hacer. Tú eres tu mejor activo.

Por esta semana ya estaría listo. Espero que te haya gustado el post y que puedas poner en marcha este proceso para aumentar tus ingresos en tu puesto de trabajo actual. Por favor, déjame saber tu opinión sobre esto o si tienes experiencias personales en este ámbito. Muchas gracias por venir una semana más a leerme. Nos vemos en la siguiente.

¡A ser libres!

Revisando mis resultados – Net Worth

¡Buenos días! Hoy no traigo información nueva, ni trucos ni nada. Hoy vengo a contarte lo que seguir los pasos que te conté en la entrada de Cómo empezar a crear riqueza (1) ha hecho por mí en estos últimos 3 meses y medio.

Pues, por si no me conoces o no has leído mi historia, te voy a contar los pasos que decidí implementar y el cambio de mentalidad que tuve que ejecutar antes de lograr aplicar esos pasos.

Yo, al igual que mucha gente, pecaba de generarme a mí mismo una «inflación de estilo de vida». Esto es aumentar gastos según aumentan mis ingresos. Lo cual puede parecer hasta lógico porque «si gano más, significa que puedo gastar más, porque hay más dinero»; pero esto, si nuestro objetivo es vivir una vida relajada y, en algún momento ser libres financieramente, ¡es un error enorme! El resultado de la «inflación de estilo de vida» es vivir de salario en salario, no lograr ahorrar lo suficiente ni para emergencias, adquirir deudas por no tener el dinero para afrontar gastos medianos (cambiar las ruedas del coche, por ejemplo), etc.

En Agosto de este 2020, después de llevar casi 6 meses en la pandemia y viviendo en otro país, habiendo llegado a tener que pedir dinero para poder venir a trabajar y con únicamente 40 dólares australianos en la cuenta, tomé la decisión de que nunca más sería pobre y que nunca más permitiría que la falta de dinero me limitase las opciones en la vida. Así que empecé a aplicar los conceptos básicos de la creación de riqueza.

Te voy a enumerar los que estoy llevando a cabo:

  • Controlar mis gastos: Creé un documento Excel en el que controlo mis ingresos (cuántas horas trabajo y cuánto cobro por día, semana y mes), controlo mis ahorros (cuánto mando a mi cuenta de ahorros y cuánto cash me queda mensual para gastar) y controlo los gastos (cuánto gasto en cada categoría, ya sea supermercado, teléfono, ocio, regalos, etc). Esto me permite saber a dónde va mi dinero y poder tomar medidas en cuanto a los gastos que no son importantes.
  • Priorizar mis gastos: En Agosto tenía muchos gastos que creía que necesitaba (portátil, móvil nuevo, altavoz y cascos bluetooth…) pero, una vez reevalué mis prioridades, lo único que compré fue el portátil (con lo que escribo el blog) y el altavoz bluetooth (un poco capricho, pero escucho música todo el rato, así que me aporta mucho valor diario), lo demás no lo necesitaba realmente y era simplemente ganas de tener juguetitos nuevos y satisfacción instantanea.
  • Marcarme un objetivo: En Agosto me marqué una meta, la cual ha ido variando según he ido acumulando ahorros, pero tener una meta me ha ayudado mucho a eliminar esos gastos que realmente no necesito y a sentirme bien con las decisiones que he ido tomando.
  • Pagarme a mí primero: Lo primero que hago cada vez que me ingresan la nómina es apartar los ahorros a una cuenta de ahorros. Como si no existiera esa cantidad. Si tuviese un ingreso estable, lo haría automáticamente para que ese dinero nunca esté en mi cuenta principal, pero como cada semana gano más o menos según las horas que trabajo, lo hago manual, ya que ahorro un porcentaje y no una cantidad fija (y bueno, mi TOC me obliga a redondear hasta el número terminado en 0 más cercano, siempre hacia arriba).

Únicamente con esas 4 claves, he conseguido más de lo que jamás habría imaginado. Sin ese cambio de mentalidad, tendría muchísimo menos ahorrado, porque habría caído en la tentación de gastar a lo loco porque «me lo merezco» ahorrando una cantidad bastante menor y, en consecuencia, extendiendo el tiempo que me tomará alcanzar mi libertad financiera.

El fin de semana pasado calculé mi patrimonio neto -Por si no sabes lo que es, simplificándolo mucho, es el valor de restar tus pasivos (cosas que te restan dinero: préstamos, hipoteca, etc.) de tus activos (cosas que te suman dinero: cuenta de ahorros, inversiones, etc.).- y me di cuenta de que, ¡por fin tengo un patrimonio neto positivo! Lo calculé desde Agosto hasta aquí e hice un pequeño gráfico para ilustrarlo. Lo puedes ver más abajo:

Como puedes ver, he sido bastante agresivo con mis ahorros, en las cuentas de Australia estoy contando la cuenta principal y la de ahorros, y en la cuenta española cuento el dinero que ingreso mensualmente para pagar el préstamo que tengo con el banco (liabilities se traduce en español como pasivos).

Aquí puedes decirme «claro, pero es que estás ganando mucho dinero y por eso has sido capaz de hacerlo tan rápido. Yo no puedo hacerlo» y tendrías razón únicamente en la parte en la que te refieres a la velocidad en la que lo he hecho, pero estarías en un tremendo error al pensar que tú no puedes hacerlo porque cobras menos o porque tengas más gastos que yo. Simplemente te tomaría algo más de tiempo, pero el proceso es el mismo y, si lo sigues disciplinadamente y sin excusas, verás los resultados mucho antes de lo que pensabas.

Si quieres un sólo consejo en el que confío al 100% para salir del hoyo financiero o para acelerar tu creación de riqueza este es: Controla tus gastos. Ya está, con eso sabrás por dónde se te escapa el dinero cada mes. Cuando veas que te has gastado sólo un euro y pico en la panadería hoy, pero resulta que te has gastado ese euro y pico todos los días, sin darte cuenta te has gastado más de 30€ ese mes en la panadería, o quizá los cafecitos a media mañana o por la tarde que te cuestan menos de 2€ pero al final del mes se montan en casi 50€ en algo que te puedes hacer en casa por mucho menos. Esta es la única manera en la que puedes saber dónde tienes el agujero por el que se te escapan tus euros por los que tan duramente has trabajado.

Y ¿sabes lo mejor de eso? Que si encuentras el agujero, y resulta que puedes recortar tus buenos 30-40€ al mes en cosas que no te aportan nada realmente importante a tu vida, puedes destinar esos 30-40€ a cosas que sí aporten cosas a tu vida, como ahorrar para tu fondo de emergencias, invertirlos, adelantar pagos en tus deudas, etc.

Como ves, controlar tus gastos te da un poder que no te imaginabas. Te devuelve el control de tu vida financiera. Quizá ahora mismo sea poca cosa, pero con el tiempo, si lo haces constantemente, irás viendo que cada mes eres capaz de reubicar un eurito más de los pasivos a los activos y ser un poco más libre cada día.

Por hoy yo ya tengo poco más que comentar. Si te ha gustado o si crees que es mejorable, por favor dímelo en los comentarios o en Facebook, que estaré encantadísimo de aclarar cualquier cosa o de que me corrijas, si crees que me equivoco en algo.

También te invito a suscribirte para que cada jueves te enteres de inmediato cuando salga un nuevo post. Estoy trabajando duro para poder aportarte más valor cada día y que mis entradas te sirvan, así que muchas gracias por leerme y nos vemos en la próxima.

¡A ser libres!

Cómo empezar a invertir en Bolsa (1)

¡Hola, hola!

Llegó el momento, ya tengo cubierto mi fondo de emergencia y he empezado a cultivar mis ahorros y el dinero está ahí, en una cuenta de ahorros, creciendo unos míseros céntimos al mes que, aún siendo muy poco, son el inicio de unos ingresos pasivos que irán en aumento, pero ¿cuál es el siguiente paso? ¿Cómo acelerar el proceso?

Pues ahora toca que esos míseros céntimos al mes se multipliquen y empiecen a generar más y más dinero. Es hora de poner a mi dinero a trabajar para mí y la manera en la que yo (y mucha más gente) lo hice es invirtiendo en el mercado bursátil, pero antes de entrar en detalles de cómo lo voy a hacer vamos a ir paso a paso para que este proceso sea lo más sencillo posible para alguien que no lo ha hecho nunca.

El primer paso es elegir el tipo de inversión que queremos hacer. Para ello tienes que tener clara tu estrategia. ¿Quieres crear riqueza de forma pasiva y que perdure en el tiempo? ¿Quieres multiplicar tu dinero de manera rápida manejando activamente tus inversiones? Depende de lo que quieras, tendrás que hacer una cosa u otra. Hay muchas maneras de invertir tu dinero y no voy a entrar a hablar de todas ellas en esta entrada porque no viene a cuento, ya que vengo a contarte sobre la bolsa de valores.

Pero Edu… ¿Invertir en bolsa no es súper arriesgado y puedes perder todo tu dinero de un día para otro? Pues sí y no. Me explico: Hay que diferenciar riesgo y volatilidad:
Riesgo es la posibilidad de tener menos dinero que lo que invertiste al cabo de un tiempo X (Ejemplo: Inviertes 1000€ en acciones de una empresa y al cabo de 5 años la empresa quiebra y pierdes todo el dinero, o compras una casa por 130.000€ y a la hora de querer venderla ha perdido valor y ahora vale 100.000€).
Volatilidad le llamamos a la fluctuación en valor de las inversiones (Ejemplo: Compras hoy acciones de Tesla por valor a 100.000€ pero mañana a Elon Musk le da por tuitear que sus acciones están muy caras y de repente se desploman un 20% haciéndote perder 20.000€ en un día, pero la semana siguiente anuncian que van a incluir a Tesla en el fondo S&P500 y las acciones vuelven a subir por encima del valor al que las compraste, haciendo que tus inversiones valgan 130.000€ ahora). Los números no son reales, sino únicamente para ejemplificar lo que quiero decir.

Espero que los ejemplos que he dado hayan sido claros y se entiendan bien. Sin embargo, debemos entender que toda inversión conlleva riesgo, ya que siempre nos exponemos a perder dinero, ya sea a corto o largo plazo, pero no todas las inversiones son igual de volátiles (una casa no pierde valor hoy y mañana lo gana, sino que es algo que pasa en un periodo más largo).

Como he dicho más arriba, tenemos que tener claro cuál será nuestra estrategia en el mercado y ahora te voy a desarrollar un poco lo que quiero decir con esto:
Estrategias activas: Este tipo de estrategia requiere de tu atención para poder generar beneficios. Tienes que estar al tanto de los movimientos del mercado e informarte de las compañías en las que vas a invertir para poder intentar predecir lo que va a pasar con sus acciones y comprar barato para vender caro en un corto plazo de tiempo. En este grupo entran estrategias como «day trading» o «swing trading», entre otras.
Estrategias pasivas: Esta es la forma más fácil de generar riqueza en el mercado, ya que sólo necesita de tu atención al principio, cuando eliges el producto en el que vas a invertir y, quizá una vez al año para rebalancear tu cartera. La más extendida es la de «buy and hold» que significa «comprar y retener». Básicamente compras las acciones y no las vendes en un largo periodo de tiempo (20-30 años) o no las vendes nunca (hablé de ello cuando te conté sobre la regla del 4% en este post).

Personalmente yo, que soy bastante vago, prefiero que mi dinero trabaje sin que yo tenga que decirle nada, por lo cual, voy a decantarme por una estrategia pasiva invirtiendo en Fondos Indexados; por lo cual, es de esta de la que voy a hablar aquí hoy.

Una vez sabemos qué estrategia queremos, toca elegir dónde abrir nuestra cuenta de inversiones. Para esto tenemos varias opciones en España: con un banco, un broker o un robo-advisor (suena feo este último, pero viene de robot, tranqui). Puedes entrar en este enlace del blog de La Hormiga Capitalista, -que me parece de los mejores blogs de inversión que existen a día de hoy, y tenemos la suerte de que está escrito en español- donde tiene enlaces muy interesantes sobre cómo elegir tu broker y, además, un buscador de fondos indexados.

Como sabrás, si has leído mi historia, yo no resido en España actualmente y, por varios motivos, no puedo abrir una cuenta en España, así que estoy en proceso de abrir una cuenta aquí en Australia para invertir en fondos indexados (estoy teniendo problemas con unos documentos que me piden, ya mismo lo tengo resuelto y te cuento). Es por esto por lo que no te cuento más sobre mis decisiones, ya que quiero contarte cosas que he hecho o que estoy haciendo y que no creas que te estoy vendiendo la moto. Como siempre he dicho, este es mi viaje hacia la libertad financiera, y lo estoy haciendo y contando a la vez, por lo que sabrás tanto si me va bien como si no.

Por hoy es suficiente, nos vemos en la próxima. Espero poder contarte en qué he invertido, por qué y cuánto. ¡Muchas gracias por leerme!

¡A ser libres!

El lastre de necesitar ser productivo

Hola de nuevo, hoy vengo con una reflexión propia a la que he llegado después de estar dos semanas algo cansado por el trabajo y las horas que dedico a estudiar, leer, escuchar podcasts, etc.

Vivimos en una sociedad en la que necesitamos estar ocupados y el «no hacer nada» es inconcebible para mucha gente. Yo soy de los que siempre ha defendido el placer de no hacer nada, de pasar horas sin pensar en nada ni hacer nada productivo, porque esos momentos me recargaban la energía para seguir con mi ritmo de vida el resto del tiempo. Entiendo que a mucha gente esto le parezca una pérdida de tiempo y, frecuentemente, me lo decían mis amigos, mi familia o mis profesores.

Como ya hablé hace poco en otra entrada, nuestro subconsciente retiene las cosas que nos escuchamos de nuestro entorno y termina formando ideas que vienen de fuera. Yo, personalmente, encuentro que muchas de esas ideas externas no coinciden con mi personalidad y me provocan conflictos internos como el que te quiero contar aquí.

Desde pequeño he escuchado miles de veces que si quiero algo, tengo que trabajar duro y ser constante para lograrlo, que si todavía tengo algo pendiente, no debo parar a jugar o a ver una serie o a procrastinar. A día de hoy estoy de acuerdo con la primera parte de esta oración pero ¿qué hago cuando aquello que quiero es a largo plazo? ¿Cómo gestiono mis energías? Pues todavía estoy aprendiendo, porque estoy aprovechando todos los huecos que tengo para avanzar y darle forma al blog, para formarme en este mundo de las finanzas personales y la libertad financiera; además de gestionar mis finanzas por (casi) primera vez en mi vida y ejercitarme que, entre tú yo, tengo unos kilitos de más.

Entonces, como te imaginarás, hay momentos en los que estoy lleno de energía y escucho podcasts o audiolibros y tomo notas, creo documentos con información que creo importante e investigo, pero hay otros momentos, como estos últimos días atrás en los que estoy cansado y no encuentro la motivación. En esos momentos descanso, pero claro, descansar significa no hacer nada productivo: escuchar música en lugar de podcast mientras trabajo o ver Youtube o alguna serie simple y graciosa en lugar de investigar o escribir. Aquí es cuando me ataca el remordimiento: «debería estar escuchando el podcast», «debería estar escribiendo el post del blog», «debería haber llamado al broker» y un largo etcétera de frases que me digo a mí mismo que me hacen no desconectar y arrastrar ese cansancio día tras día.

Te dejo aquí un cuento muy interesante que me llevó a reflexionar sobre todo esto:

Hace algún tiempo, un joven llegó a un campo de leñadores buscando trabajo. Habló con el responsable y éste, al ver el aspecto y la fortaleza de aquel joven, lo aceptó sin pensárselo y le dijo que podía empezar a la mañana siguiente.
Durante su primer día en la montaña trabajó duramente y cortó muchos árboles.
El segundo día trabajó tanto como el primero, pero su producción fue la mitad del primer día.
El tercer día se propuso mejorar su producción. Desde el primer momento golpeaba el hacha con toda su furia contra los árboles. Aun así, los resultados fueron muy escasos.
Cuando el jefe se dio cuenta del bajo rendimiento del joven leñador, le preguntó:
-¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?
El joven respondió:
-Realmente, no he tenido tiempo… He estado demasiado ocupado cortando árboles
.

Así que, pienso que debemos aprender a vaguear sin remordimientos porque así es como afilamos nuestra hacha para poder seguir siendo lo más eficientes que podemos ser en los momentos que trabajemos.

Si mi reflexión te ha servido o, si crees que estoy equivocado, por favor déjame saber más abajo en los comentarios.

Nos vemos en la próxima.

¡A ser libres!

Ahorrar es una mala idea

¡Hola, hola! Otra semanita más por aquí para contarte cosas interesantes. ¡Vamos a ello!

Pues tal y como lo digo en el título, ahorrar tu dinero para cuando te retires es una muy mala idea. Ya sea metiéndolo todo en el colchón, en tu cuenta corriente o en una cuenta de ahorros, ahorrar no es buena idea y te voy a contar por qué.

Debido a la inflación, cada año que ésta es positiva, nuestro dinero pierde poder adquisitivo en el porcentaje en el que suba la inflación. Por ejemplo: Si tienes 10.000€ en tu cuenta de ahorros que te reporta un 0,35% de interés anual, pero este año la inflación sube en un 1%, tu dinero ha perdido un 0,65% de su valor, aunque haya aumentado su cantidad. En España, los últimos años la inflación ha tenido tramos en los que ha sido negativa; lo que significa exactamente lo contrario: tu dinero aumenta su poder adquisitivo; no obstante eso hay que analizarlo bien.

Si vemos la gráfica de la foto más arriba, podemos ver como hemos tenido, en los últimos 10 años, 4 años con una inflación negativa con respecto al año anterior. Y ahora estarás pensando «pues si ha sido negativa y eso significa que mi dinero vale más, no será tan mala idea ahorrar, ¿eh?» pero párate a ver bien la gráfica. Si hubieras metido los 10.000€ en 2014, en 2015 habrías ganado un 0,5% de poder adquisitivo y un 0,2% extra en 2016 sumando así un aumento del 0,7%; sin embargo en 2017 habrías perdido un 1,2% (0,7% ganado en 2015 y 2016 menos 1,96% perdido en 2017) del valor total de tus ahorros.

Ahora pongamos un ejemplo más completo utilizando toda la tabla. Imagina que en 2011 ahorras esos 10.000€ y tu cuenta de ahorros te da ese 0,35% de interés (ese porcentaje lo he sacado de aquí y he utilizado la que más interés te reporta sin necesidad de tener la nómina en la cuenta), si calculamos los intereses compuestos totales, contando con que no añadas más a ese ahorro desde el 2011, acabarías en 2021 con 10.391,80€ (un aumento minúsculo que no te supone nada en tu día a día) pero el valor de tu dinero ha caído en un 10,9% en total, por lo que podríamos decir que acabas, en 2021 con el equivalente a 9.259,09€ en 2011. ¡Menos de lo que metiste al principio!

Bueno, pues ya ves que no estoy tan loco, ¿verdad? Entonces ¿qué se supone que debo hacer con mi dinero si no es ahorrarlo? Pues ¡invertirlo! Hacer que trabaje para ti y te traiga más y más dinero cada día. ¿Me estás diciendo que no debo tener ahorros y tengo que meter todo mi dinero en una inversión? No, claro que no. Tienes que tener tu fondo de emergencias y tus ahorros de 6 meses o un año de gastos siempre disponibles como te expliqué en la entrada Cómo empezar a crear riqueza (1). Esto que te cuento aquí es para todos los ahorros a partir de que tengas esa base cubierta, porque con ese dinero es con el que crearás tu riqueza para poder retirarte y no tener que volver a preocuparte por tu dinero. Como sabes que me gustan los ejemplos, aquí te traigo el mismo que te he dado más arriba, pero en lugar de en una cuenta de ahorros, los metes en un fondo indexado (de esto hablaremos en una entrada próxima en más profundidad) como el S&P500. Históricamente este fondo reporta un 7% anual de beneficios. Esto significa que, si en 2011 metiste 10.000€ en el fondo indexado y te olvidaste de tu cuenta, en 2021 la abres y tienes 19,671.51€, que si a esto le restamos la inflación del 10,9% que vimos, acabas con el equivalente a 17.527,32€ en 2011.

¿Ves ahora el por qué digo que ahorrar es una mala idea? Ahorrando perdiste más de 700€ en poder adquisitivo; en cambio, invirtiendo, ganaste 7.527,32€ en poder adquisitivo. Y esto ¡sin mirar la cuenta! Imagina lo que podrías conseguir si te da por invertir 100€ al mes desde que metes los 10.000€ (Spoiler alert: 37,405.09€).

Ahora quizá te estés preguntando que de dónde saco yo estas cífras. Pues muy sencillo: en internet hay cientos de calculadoras de intereses compuestos con las que puedes obtener un estimado de cuánto vas a tener en un tiempo determinado o saber cuánto tienes que invertir mensualmente para llegar a un número X de dinero. Yo utilizo la calculadora de ChooseFI, a la que puedes acceder haciendo clic aquí. Es muy sencilla de utilizar, solo tienes que investigar un poco sobre los intereses pagados históricamente por el tipo de inversión que quieres hacer y lo pones en la calculadora, a partir de ahí es cosa de ir jugando con los números y fantasear un poco, ¡que es gratis!

Pues yo ya estaría. Ahora sólo me falta saber qué opinas de todo esto, si lo sabías de antes, si te acabas de enterar o si no estás de acuerdo conmigo. Cualquiera que sea tu postura, por favor, déjame saber en los comentarios más abajo o únete a nuestro grupo de Facebook: De Pobres a Libres.

Muchas gracias de nuevo por venir a leerme, espero que te sirva algo de lo que aquí expongo cada semana. Nos vemos en la próxima.

¡A ser libres!

¿Ha sido 2020 un buen año?

¡Hola! Gracias por estar aquí de nuevo. Después de leer ese título estarás pensando: «vaya preguntita, Edu»; sin embargo la respuesta no es blanco o negro, hay un factor muy importante que inclina la balanza hacia un lado u otro y es independiente de lo que pase en el exterior. Dame un poco de margen aquí a que pueda explicarme antes de mandarme a freír espárragos.

Llevo un par de semanas pensando mucho, no sólo en las cosas que has leído en el blog, sino también en mi situación personal a día de hoy. Sí, este es un post de esos en los que te cuento un poco mi vida con la esperanza de transmitir las cosas buenas que estoy aplicando y me están funcionando.

Mi año 2020 empezó bien, mejoró mucho muy pronto y cayó de golpe junto al de todos cuando el Covid-19 nos golpeó. Enero de 2020 empezó con una resaca que para mí se queda, luego fue un mes en el que me concedieron la visa para emigrar a Australia. En un mes vendí mi coche, compré vuelos, preparé todas mis cosas y volé a reencontrarme con mi «brother from another mother», en Melbourne. Si llegué un miércoles, el mismo viernes tuve una entrevista y el lunes estaba ya haciendo algunas horas como monitor de tenis. No se me había quitado el jet lag y ¡ya estaba asentado! Bueno, eso hasta que gracias al Covid-19, me quedé 2 meses sin trabajo -¡Ouch!-.

Esos dos meses fueron duros, si te pasó a ti también, sabes a lo que me refiero. Es aquí donde entra en juego ese factor tan importante que te comenté en el primer párrafo: La mentalidad o mindset, en inglés. Las circunstancias que me tocaron vivir fueron las que fueron y yo tenía dos opciones: Pasar día tras día encerrado en la casa sintiendo pena por mí mismo convirtiéndome a mí mismo en una víctima, o tomar control de lo que me pasaba y sacar algo positivo de esta situación tan indeseable. No, no lo hice todo lo bien que podía haberlo hecho.

Decidí que si no iba a poder trabajar, por lo menos dedicaría el equivalente a una jornada laboral a buscar trabajo. En esos dos meses envié más de 200 currículums a distintos puestos de trabajo; aunque no había mucho movimiento en las contrataciones y, muchos empleadores expresaron abiertamente su posición acerca de priorizar a ciudadanos australianos antes de extranjeros además de que el gobierno invitó a los «backpackers» a volver a sus países si no tenían dinero para mantenerse sin trabajo en el país. El resultado fueron dos entrevistas de trabajo, una en una empresa donde querían explotarme por menos de 7AUD la hora, siendo el salario mínimo 19,84AUD por hora. Se salían con la suya al hacerme lo que en España es, desgraciadamente, muy común: FALSO AUTÓNOMO. Sí, en Australia también pasa. Estuve dos días hasta que me di cuenta de que todo lo que me habían dicho en la entrevista había sido mentira. La siguiente entrevista fue bien y me llevaron a «un día de prueba». Contrataron a otra persona.

Vale con la chapa, Edu. Sí ya voy, ¡ya voy! Todo esto te lo cuento porque durante esos dos meses me fui gastando mis reservas de dinero, por lo que mi estado de ánimo fue una montaña rusa llegando a pensar que mudarme a Australia había sido una mala idea, pero cuando tenía la mente serena pensaba en que en España estaría en una peor situación, porque en Melbourne nunca estuve confinado, por ejemplo.

Ahora aceleremos un poco hasta llegar a donde estoy ahora mismo. Cuando llegué al motel donde trabajo en el Territorio del Norte tenía 40AUD en el banco y bastante estrés. Aquí fue donde mi mentalidad dio un giro de 180º y comencé proactivamente a mejorar mi vida día a día. En Tennant Creek, donde vivo, no hay nada para hacer. Estoy en mitad de la nada y la verdad es que es bastante aburrido; de nuevo tengo dos opciones: ¿Paso mis días viendo series en Netflix y perdiendo el tiempo después de trabajar, o aprovecho este tiempo para cultivar y mejorar el mayor activo que tengo (mi mente)?

Como puedes ver, elegí lo segundo. Empecé a leer libros de finanzas personales, empecé a escuchar podcasts y audiolibros mientras trabajo limpiando las habitaciones en lugar de música, por las tardes seguía leyendo blogs y tomando apuntes de los podcasts y audiolibros que escuchaba. También empecé a levantarme a las 6:40 por las mañanas para ir a correr antes de trabajar (quién me ha visto y quién me ve) y comencé a escribir este blog para obligarme a no parar, ya que me he autoimpuesto un compromiso contigo, que me lees, de publicar una entrada semanal.

En los libros aprendí muchas cosas como has podido ver en las entradas publicadas hasta ahora, pero no es lo que he aprendido ni lo que tengo a día de hoy lo importante. Lo importante aquí es ese giro de 180º en mi mentalidad: ahora vivo mi vida desde la ignorancia y soy consciente de que no sé muchas cosas y estoy abierto a aprender lo que sea de quien sea mientras aporte valor a mi vida y me acerque a mi meta.

A ratos siento que estoy «perdiendo el tiempo» aquí en este pueblucho, pero rápidamente expulso ese sentimiento de mi cabeza y lo reemplazo por este otro: «Estás en Australia, estás aprendiendo mucho día tras día y estás sentando la base de tu libertad financiera». Esto trae inmediatamente una sonrisa a mi cara, porque tengo una meta definida y sé que cada paso que doy me lleva más cerca a conseguirla.

Imagina ahora que no haya tenido ese cambio de mentalidad y hubiera decidido trabajar y pasar el tiempo libre compartiendo memes en Facebook (si me tienes agregado, sabes que esto no lo he dejado, me río mucho con ellos como para parar) y viendo series de Netflix. Pues a día de hoy ni tendría el blog, ni habría definido tan al dedillo mi meta, ni sería feliz, porque no tendría la mentalidad adecuada para crear mi felicidad y estaría enfocado en los aspectos menos atractivos de esta etapa.

Imagen de Karen Castilla

Resumiendo para dejar claro lo que quiero transmitir, que siempre me voy por las ramas. La situación externa no es la que causa que seas feliz o no, el que haya una pandemia ahora mismo puede ser visto de dos formas:
1- Qué mal todo, la vida es una mierda.
2- Ahora tengo la oportunidad de mejorar como persona.

Tú decides cuál de las dos afirmaciones te vas a repetir día tras día, pero recuerda que la que repitas será la que domine tu vida de aquí en adelante, tal y como dice la parábola de los dos lobos:

El jefe de una tribu Cheerokee le habla a su nieto acerca de la vida.
Le dice:
– Una gran batalla está ocurriendo dentro de mí. Es una lucha terrible entre dos lobos. Uno de los lobos es el mal: él es el temor, la ira, el envidia, la codicia, la arrogancia, el resentimiento, la mentira, la soberbia, la culpa. El otro es el bien: él es la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la humildad, la generosidad, la verdad, la compasión, la dulzura y la fé.

Esta misma pelea ocurre dentro de ti y dentro de cada uno de nosotros.
El niño se queda pensando en lo que le había dicho su abuelo y pasado unos segundos le pregunta:
– ¿Qué lobo ganará?
El anciano mira a su nieto fijamente y contesta:
– El que alimentas.

Entonces, respondiendo a la pregunta que he hecho en el título de la entrada: Sí, 2020 ha sido muy buen año y lo seguirá siendo, porque tengo la oportunidad, día tras día, de mejorar como persona y porque estoy persiguiendo mi sueño y sé que cada paso que estoy dando, me acerca a él.

Muchas gracias por leer hasta aquí, espero que esta entrada te haya dado algo que pensar y ojalá sea algo positivo.

¡A ser libres!

Reprograma tu cerebro

Hola de nuevo. Vaya chapa te di la semana pasada con el tema de que estamos programados para ser pobres y que los ricos están programados para ser ricos y toda esa retahila que puedes leer aquí. Hoy vengo a complementar ese post con unos trucos para eliminar la programación «pobre» de nuestro cerebro y prepararnos para sustituirla por una programación «rica». Estos trucos los aprendí en el libro «Los Secretos de la Mente Millonaria – T Harv Eker». Recuerda una cosa: tu condicionamiento actual ha determinado las acciones que has llevado a cabo hasta hoy, produciendo los resultados que tienes a día de hoy; si no estás 100% satisfecho con ello, te interesa seguir leyendo esto con la mente abierta.

Antes de entrar en faena, primero hay que entender las 3 formas primordiales en las que se nos condiciona desde niños:

  1. Condicionamiento verbal: Lo que te decían cuando eras pequeño
  2. Imitación: Lo que veías cuando eras pequeño
  3. Incidentes específicos: Lo que experimentaste cuando eras pequeño

Condicionamiento verbal
Seguro que de pequeño escuchaste cosas como:
«El dinero no crece en los árboles»
«¿Quién te crees que soy, el Banco de España?
«Los ricos son avariciosos»
«Tienes que trabajar duro para ganar dinero»
«No nos lo podemos permitir»
«No todo el mundo puede ser rico»

Todas estas afirmaciones que escuchaste cuando fuiste pequeño/a se quedaron grabadas en tu subconsciente como parte de tu programación mental y, a día de hoy, gobiernan tus finanzas. Quizá pienses «menudo flipao», pero piensa sobre ello: cuando desde pequeño se nos relaciona el dinero con emociones de estrés o preocupación y se nos afirma que quien tiene mucho dinero es avaricioso o egoísta, y crecemos con esa convicción, nuestro subconsciente no va a querer ser así, por lo que nos hará gastar nuestro dinero para tener lo que él cree que es la cantidad que una persona «buena» debe tener.

Modelado/Imitación
Cuando nacemos, no sabemos nada, tenemos ciertos instintos básicos como el reflejo de mamar, pero estos instintos básicos no son conocimientos, sino que se convierten en ellos a medida que realizamos estas acciones de manera repetitiva o vemos a otra persona hacer cosas constantemente. De esta manera podemos ver que la imitación es de las formas más básicas en las que los seres humanos aprenden y se desarrollan, ya sea la manera en la que gesticula un niño, su cultura, su idioma, su religión (o ausencia de ella), etc. Entendiendo esto -y volviendo al tema que nos atañe- podemos llegar a la conclusión de que, según los comportamientos con respecto al dinero que tuvieran nuestros padres durante nuestra infancia, será moldeado nuestro comportamiento en un futuro. Pregúntate estas cosas:
¿Eran tus padres buenos gestionando sus finanzas, o solían estar endeudados?
¿Tus padres invertían su dinero o no?
¿Solían tus padres tomar riesgos o preferían la seguridad?
¿El dinero entraba en casa de manera sencilla o era siempre un problema?

Al responderte a ti mismo estas preguntas de manera sincera, empezarás a entender ciertas cosas ya que, generalmente, en el área financiera solemos ser iguales a uno o ambos de nuestros progenitores, pero ten en cuenta que lo contrario también puede ocurrir: algunos de nosotros decidimos rebelarnos, ya sea por ira o por resentimiento. En otra entrada hablaré sobre la importancia de tener una meta positiva a la hora de empezar a crear riqueza en lugar de una negativa como puede ser la ira o el resentimiento.

Incidentes específicos
Las experiencias que tuviste durante tu infancia y adolescencia con respecto al dinero son las que dieron forma a las creencias que gobiernan tu vida financiera a día de hoy. Cosas como:
Tus padres compraron un coche nuevo financiado / compraron de segunda mano y pagado cash
Tus padres invertían el dinero y hablaban alégremente de ello
Tus padres se veían especialmente preocupados y estresados cuando llegaban las facturas

Siempre se compraban cosas buenas y caras a crédito
Cada vez que se hablaba de dinero se decían cosas negativas o positivas

Esto son únicamente ejemplos básicos para entender de lo que hablo, obviamente cada quién tuvo sus experiencias únicas a su unidad familiar.

Ya hemos visto las tres formas en las que nuestro cerebro es condicionado para pensar de una manera específica con respecto al dinero, pero no te preocupes, que también te voy a dar los trucos para cambiar esto y tomar el control de tu relación con el dinero. Primero dividiremos este proceso en 4 partes:
1- Conciencia: no puedes cambiar algo que no sabes que existe
2- Comprensión: Cuando entiendes de dónde vienen tus pensamientos, puedes reconocer que vienen de fuera de ti
3- Disociación: Cuando comprendes que esos pensamientos no son tú, puedes separarte de ellos y elegir, a partir de ahora, si quieres seguir pensando así o prefieres desarrollar tus propios pensamientos basados en quién eres hoy y quién quieres ser el día de mañana.
4-Recondicionamiento: Introduce una nueva programación en tu cerebro.

Acciones para redirigir nuestra programación verbal
1- Conciencia: Escribe, ya sea en papel o digital, todo lo que recuerdes haber escuchado sobre el dinero, la riqueza y los ricos cuando eras jóven.
2- Comprensión: Escribe cómo piensas que estas afirmaciones han afectado tu vida
3- Disociación: ¿Puedes ver que estos pensamientos representan únicamente lo que aprendiste y no quién eres?

Acciones para redirigir nuestra programación por modelado/imitación
1- Conciencia: Considera las formas de ser y los hábitos de cada uno de tus padres en cuanto al dinero y la riqueza. Escribe qué tan parecido o distinto eres a cada uno de ellos.
2- Comprensión: Escribe los efectos que este modelado ha tenido en tus finanzas
3- Disociación: ¿Puedes ver que esta froma de ser representa únicamente lo que aprendiste y no quién eres? ¿Te das cuenta de que tienes la opción, en el presente, de ser distinto?

Acciones para reprogramar nuestra programación por incidentes específicos
1- Conciencia: Intenta recordar un incidente emocional específico que experimentaste cuando eras pequeño sobre el dinero
2- Comprensión: Escribe cómo este incidente específico puede haber afectado a tus finanzas actuales
3- Disociación: ¿Puedes ver que esta froma de ser representa únicamente lo que aprendiste y no quién eres? ¿Te das cuenta de que tienes la opción, en el presente, de ser distinto?

Te habrás dado cuenta tú también de que dividí la reprogramación en 4 partes y te he dado sólo 3 acciones en cada segmento. La cuarta viene una vez hayas interiorizado esas tres y es en el punto en el que me encuentro yo ahora mismo. Este cuarto punto ha de ser una decisión personal, porque no todo el mundo tiene las mismas necesidades. Yo, por ejemplo, quiero tener un Tesla en algún punto de mi vida y una pista de tenis en mi casa, por lo que la programación que estoy instalando en mi cerebro es la de alguien que pueda permitirse tal vehículo y tal tamaño de parcela, pero si tú no necesitas tales lujos, tu programación no será igual a la mía. Hay miles de libros, blogs y podcasts que te ayudarán con esto. El libro del que he sacado la información aquí expuesta propone una programación muy interesante. Recomiendo al 100% la lectura del libro «Los secretos de la mente millonaria».

Como siempre, muchas gracias por leerme. Espero que te haya servido de algo, y si así ha sido, te agradecería mucho que me dieras tu feedback en los comentarios, en la página de Facebook o en el grupo. Nos vemos en la próxima.

¡A ser libres!