¿Nos han programado para ser pobres?


¡Hola a tod@s! Hoy vengo con información muy, muy interesante sobre qué es la programación mental y cómo esta modela nuestra relación con el dinero.

Vamos por partes, como diría Jack: La programación mental no es ni más ni menos que los conocimientos adquiridos durante nuestro desarrollo mental, especialmente durante nuestra infancia. Al nacer, somos un lienzo en blanco, una tábula rasa, como diría el filósofo inglés Locke, en la que nuestro entorno pinta y diseña nuestra forma de pensar, de relacionarnos y de actuar.

¿Por qué es importante nuestra programación mental conforme al dinero? Pensé que nunca me lo preguntarías y me alegra mucho que lo hayas hecho. La razón es bastante simple: la mayoría de las personas no tienen la capacidad interna de generar y mantener grandes cantidades de dinero y los retos que conlleva mantener ese nivel de riqueza. Un ejemplo perfecto de la diferencia de programación mental es la comparación entre las personas que ganan una gran cantidad de dinero en la lotería y los millonarios hechos a sí mismos:

  • Ganadores de lotería: El 70% de los ganadores de lotería acaban arruinados en un plazo de 5 años. Esto se debe, principalmente a su programación mental con respecto al dinero. No son capaces de mantener la riqueza, porque no están programados para ello. La profesora de Estudios de Economía y Empresa de la UOC Elisabet Ruiz ha afirmado que «si una persona ha vivido en una familia en la que nunca ha habido dinero, cuando le toque la lotería se lo gastará enseguida porque no está acostumbrada a tener estas cantidades»; por lo tanto, podemos afirmar que con una programación equivocada, no importa el dinero que ganemos, siempre volveremos al nivel financiero al que estamos acostumbrados a manejar.
  • Millonarios hechos a sí mismos: Es común leer noticias que nos dicen cosas como «La acción de Tesla cae más del 20% después de que Elon Musk dice que «está muy cara»» pero aún con esas pérdidas multimillonarias, Musk sigue siendo multibillonario y Tesla sigue creciendo. Esto es, porque la programación mental de Elon Musk es aquella de un billonario. Él está programado para generar y mantener miles de millones de dólares y manejar las operaciones de varias empresas multimillonarias (Tesla, Solar City, Space X, The Boring Company, etc). He usado a Elon como un ejemplo con mucha visibilidad, pero hay muchos más que han perdido grandes cantidades de dinero, incluso han caído en bancarrota y han vuelto a generar riqueza en relativamente poco tiempo.

Vale, Edu, muy bien, los millonarios son más listos que yo y por eso tienen dinero y yo no, ¿es eso lo que me estás diciendo? No. Ellos no son más inteligentes ni más especiales que tú. Ellos simplemente saben cosas que la mayoría de las personas no, porque no se enseñan en los colegios, institutos o universidades. La clave del éxito de los ricos no se basa en la cantidad de dinero que ganan o que tienen en el banco; se basa en su mentalidad hacia el dinero.

Decidme si os suena algo del siguiente ejemplo: Carla es parte de la clase media. Tiene un coche con sus añitos encima, que todavía funciona de maravilla, vive en un apartamento de alquiler con una compañera de piso y sale de vez en cuando a tomarse algo con sus amigas y amigos. A Carla un día, por su dedicación y buenos resultados en el trabajo, la ascienden en el trabajo y empieza a ingresar 300€ netos extra al mes. Carla, con su nueva posición y su nuevo nivel adquisitivo decide jubilar su confiable coche vendiéndolo para comprarse un nuevo Seat Ibiza con su pantallita, su cámara marcha atrás, etc. Y como tiene más efectivo, sus salidas aumentan en frecuencia de un par de veces a la semana a 3 o 4 salidas entre cenas, cafés y desayunos. Esto os tiene que sonar, aunque sea un poquito, si habéis leído mis posts anteriores porque este comportamiento lo tuve yo y lo explico en el «error 2» de esta entrada.

La programación mental de Carla, al igual que la mía en su momento, con respecto al dinero es deficiente desde el punto de vista de acumular riqueza para, en un futuro, poder ser libre financieramente. Ella está programada para aumentar gastos conforme sus ingresos aumenten; por lo tanto, no importa si le aumentan el sueldo 1000€ al mes más o si gana la lotería, ella encontrará en qué gastar el dinero para que su balance no exceda aquel que está acostumbrada a gestionar.

Nuestra situación económica actual, siendo sinceros, es el fruto que nace de nuestras raíces (programación mental). Generalmente pensamos que nuestro problema es de dinero; sin embargo no lo es. Si seguimos con la analogía de los frutos y las raíces, siendo el dinero los frutos y las raíces nuestra mentalidad y conocimientos, podemos decir que si un árbol da un fruto que no se puede comer, ya sea porque no madura, porque se pudre antes de tiempo o cualquier otra razón, podemos decir que el problema es del fruto y quitarlo del árbol creyendo así que hemos solucionado el problema, pero meses más tarde vuelve a crecer ese fruto incomestible. Y esto es, precisamente, porque lo que nutre al árbol y le da la vida son sus raíces bajo tierra. El problema está oculto; no lo vemos. Nos enfocamos en lo visible, pero tenemos que tener en cuenta que nuestro mundo visible es meramente un reflejo de nuestro mundo invisible, nuestro mundo interior.

Por tanto, podemos sacar la conclusión de que nuestros problemas NO son de dinero, sino de nuestra mentalidad y conocimientos sobre él. Si nunca nos han enseñado a crear riqueza y mantenerla, no importará la cantidad de dinero que nos pongan por delante, siempre lo gastaremos. Tenemos que fijarnos en nuestras raíces y trabajarlas, para que así nuestros frutos sean de alta calidad.

Para concluir os voy a regalar una fórmula expuesta en el libro «Los secretos de la mente millonaria» escrito por T. Harv Eker llamada «El proceso de manifestación»:

PM=P Programación Mental causa nuestro Pensamientos
P=S Pensamientos causan nuestros Sentimientos
S=A Sentimientos provocan nuestra Acción
A=R Acción genera Resultados

Esta fórmula se puede reducir a PM=R; es decir: nuestra programación mental es la que nos da los resultados que tenemos a día de hoy.

En la siguiente entrada os explicaré las formas básicas en las que somos programados y daré las acciones que podéis tomar para cambiar vuestra programación mental actual por una programación más adecuada para la creación de riqueza.

Te invito a comentar bajo esta entrada lo que opinas y si crees que me he dejado algo en el tintero, ya que hay demasiadas cosas de las que se podría hablar sobre este tema y seguramente se me haya quedado algo por contar.

Como siempre, muchísimas gracias por leerme. Hasta la próxima.

¡A ser libres!

¿Qué es la Libertad Financiera?

¡Hola de nuevo! Hoy estoy súper contento, porque he tenido muy buen feedback, así que estos últimos dos días los he dedicado a darle un lavado de cara al blog, como seguro os habéis dado cuenta ya. Nuevo diseño, nuevo logo, nuevo dominio… Casi parece que voy en serio con esto de la Libertad Financiera y todo. Por cierto, para los que no sepáis el por qué del fuego en el logo, más abajo encontraréis la razón.

A todo esto, os estaréis preguntando ¿qué es eso de la Libertad Financiera de la que tanto hablas? Seguramente es ser multi millonario, ¿no? Tener tanto dinero en el banco que no tengas que trabajar más, ¿verdad? Pues, aunque es muy simple, no es tan sencillo, ya que la Libertad Financiera se ve muy distinta según las aspiraciones de cada quién. Me explico:

La Libertad Financiera (FIRE, por sus siglas en inglés: Financial Independence, Retire Early) no es, ni más ni menos que tener unos ingresos pasivos (que no requieran de tu tiempo) que superen los gastos anuales de tu estilo de vida. Ejemplos:

  • Caso 1: Julio y Susana tienen 30 años, tienen un sueldo medio y tienen dos hijos, tienen una hipoteca de 600€ mensuales, letra del coche por 200€ mensuales, gastos en comida por otros 250€ al mes, facturas, teléfonos, gasolina, servicios de streaming, etc digamos que otros 300€ al mes y, para ocio y demás dedican unos 250€ más al mes, resultando en un gasto mensual total de 1600€, siendo 19.200€ al año sin contar vacaciones y fechas especiales. Esto significa que, si Julio y Susana quieren mantener su estilo de vida sin depender de un trabajo asalariado, deberían tener activos (estos son los que nos generan el ingreso pasivo) que produzcan más de 19.200€ anuales en ingreso pasivo.
  • Caso 2: Paula tiene 24 años, vive en un piso pequeñito que heredó de sus abuelos, tiene unos gastos bastante más reducidos que los del caso 1, gastando mensualmente un total de 800€, siendo anualmente 9600€. La Libertad Financiera de Paula se ve muy distinta, ya que con unos ingresos pasivos de 10.000€ ya sería libre de seguir la vida que vive hoy día sin tener que ir a trabajar.

Como os habréis dado cuenta, la Libertad Financiera no consiste en ser rico o millonario, sino en no tener la obligación de trabajar por dinero. Una vez cualquiera de los dos casos expuestos arriba obtengan ingresos pasivos por valor superior a sus gastos anuales, ya pueden decidir qué hacer con sus vidas. Quizá les guste su trabajo y quieran seguir trabajando para aumentar sus ingresos y poder mejorar su estilo de vida, quizá quieran trabajar sólo media jornada o quizá quieran dedicarse a sus plantas y sus mascotas y disfrutar de sus hobbies y su gente. Lo importante de esto no es el dinero, lo importante es que puedes decidir. Eres libre.

Entonces, ¿me estás diciendo que hay forma de tener suficiente dinero como para dejar de trabajar sin que me toque la lotería? Pues sí. La semana pasada escribí sobre los 7 pasos necesarios para llegar ahí (si no los viste, pulsa aquí) y son lo suficientemente sencillos como para que cualquier persona lo consiga. Sólo hay que ser responsable y tener una meta a la que aspirar.

Existe una regla básica para saber cuándo se es financieramente libre de por vida: la regla del 4% (también llamada Regla Bengen), la cual tiene su origen en una serie de estudios realizados por Wlliam Bengen en el 1994 y continuados por los catedráticos estadounidenses de la Trinity University Philip Cooley, Carl Hubbard y Daniel Walz en el 1998.

Esta regla nos dice, de forma muy resumida, que podrías retirar el 4% de tus inversiones anualmente y vivir de ello de por vida. Claro está que esto tiene muchos matices y limitaciones pero no es mi objetivo aclararlos todos en esta publicación. En cuanto a lo que nos concierne, que es la Libertad Financiera, si nos basamos en la regla del 4% , deberíamos tener 25 veces más dinero invertido de lo que gastamos anualmente (con unas ganancias promedio históricas del 10%), para así poder retirar el 4% anual durante toda tu vida y seguir teniendo mucho dinero que dejar en herencia al morir. Ejemplos:

Si seguimos con los casos que tenemos al principio de esta entrada, Julio y Susana deberían tener invertidos 19.200€*25=480.000€ y Paula debería tener 9.600€*25=240.000€ para ser libres financieramente por el resto de sus vidas, manteniendo el mismo estilo de vida que llevan hoy. Esto es solo un método de hacerlo, hay muchos más que ya iremos viendo más adelante. Y no os asustéis, que cuando hablemos de las inversiones, hablaremos también de los intereses compuestos y ya veréis cómo nos ayudarán a crear riqueza a una velocidad de vértigo.

De nuevo, muchas gracias por leerme. No dudéis en dejar un comentario si queréis aportar algo o si queréis comenzar un debate. Me encantaría crear una comunidad en la que hablemos de estos temas y nos ayudemos los unos a los otros.

¡A ser libres!

Cómo crear riqueza (2)

¡Buenas! Hoy vamos a continuar con los 3 pasos que completan la primera parte de este tema. Ten en cuenta que estos tres pasos los comienzas desde una posición en la que no tienes deudas (bueno, quizá todavía te queda la hipoteca, pero se puede trabajar con eso y, más adelante, veremos como puede ser utilizada para crear riqueza) y puedes dedicar toda tu energía en crear riqueza y empezar el último tramo de este maratón que es el viaje hacia la libertad financiera.

Como dije más arriba, este viaje no es un sprint ni una carrera corta. Esto es un maratón, así que tienes que tener en cuenta que no hay fórmula mágica que traiga resultados inmediatos y, aunque no veas esos resultados este año, no dejes de confiar en el proceso. Millones de personas en todo el mundo han confiado en el proceso y hoy en día son millonarios y libres financieramente. Únete a mí y confiemos juntos en este proceso, a ver hacia dónde nos lleva.

Ya vale de dar la chapa, vamos al meollo:

Paso 5: Crea tu colchón económico. Ya tienes tu fondo de emergencias que no vas a tocar a menos que te pase algo realmente urgente, pero claro, eso es únicamente un fondo pequeño para que los imprevistos no te afecten en gran medida, pero no cubriría una larga baja laboral o un despido. Aquí es donde tienes que dedicar el dinero que dedicabas a pagar las deudas a crear este colchón económico que cubra entre 3 y 12 meses de gastos (fácilmente calculable con tu precioso presupuesto).
¿Cómo sabes cuántos meses deberías tener cubiertos? Pues esto depende de tu situación personal. Si eres una persona joven, sin pareja ni hijos, quizá 3 meses sean suficiente, ya que aún tienes tiempo para conseguir otro trabajo en esos tres meses. Si ya no eres tan joven y/o tienes hij@(s), quizá te convenga tener 6-12 meses cubiertos. Cuanto más tiempo tengas cubierto, más tranquilidad tendrás a la hora de afrontar una situación complicada.
¿Cómo lo hago? A estas alturas ya deberías estar acostumbrad@ a vivir con una cantidad X de dinero al mes, lo cual te facilitará mucho el ahorrar esta cantidad en relativamente poco tiempo. ¡No por haberte quitado las deudas ahora tienes que entrar en otra deuda! La idea es mantenernos sin deudas el máximo tiempo posible, por lo que hay que minimizar los gastos en lujos innecesarios y las compras guiadas por emociones. Dedica el 100% del dinero que usabas en pagar deudas para sumar a los ahorros que has ido creando durante los últimos 4 pasos (no dejaste de ahorrar, ¿verdad?).

Paso 6: Asegura tu jubilación. Dedica un porcentaje de tus ingresos a un plan de pensiones. Por desgracia, el sistema de pensiones público no es 100% fiable, ya que dependerá de la situación laboral en la que se encuentre el país cuando te jubiles. La mayoría de las grandes compañías tienen planes de pensiones a los que puedes aportar parte de tu sueldo bruto, sí, has leído bien, antes de que te cobren impuestos y, algunos de ellos hasta te igualan tu inversión y te regalan ese dinero en tu plan de pensiones. Si tu compañía no lo tiene, los bancos también ofrecen planes de pensiones con buenas condiciones.
¿Cómo lo hago? Fácil. Elige uno y ¡comienza!

Paso 7: Comienza a invertir. ¡Ya está! Ya tienes tus 3-12 meses cubiertos y tu plan de pensiones, ya llevas un tiempo respirando tranquil@ sin tener que mirar la cuenta del banco cada día y te sientes de maravilla porque los números no han sido rojos en mucho tiempo. Parece que está todo listo, ¡pero no! Ahora toca hacer que tu dinero comience a trabajar duro para ti, pero duro de verdad. Es hora de darles un trabajo importante, que es aumentar tu riqueza y generar más y más empleados.
Hay muchas formas de invertir, puedes utilizar cuentas a plazo fijo en el banco, puedes invertir en bolsa, en bienes raíces, en alguna empresa pequeña con buena proyección, etc. Aquí es donde yo no puedo ayudarte a decidir, porque cada inversión es muy personal. Hay gente que ha hecho fortunas en cada una de esas inversiones que he puesto de ejemplos, pero no todos han invertido en todas ellas. La clave para que las inversiones funcionen y te hagan rico es que te apasionen. Tienes que creer al 100% en ellas y tener la pasión suficiente para informarte en profundidad, entenderlas y disfrutar del proceso, sino, tienes una alta posibilidad de fracasar.
Toda inversión tiene su riesgo, la idea no es buscar una inversión segura, sino entender el riesgo y tomar decisiones informadas sobre qué tipo de inversión tiene un nivel de riesgo que estás dispuest@ a tolerar. No sirve de nada invertir en algo que no te va a dejar dormir por las noches, la finalidad de todo esto es que puedas dormir bien cada día y ¡que vivas feliz!
¡IMPORTANTE! No inviertas ningún dinero que vayas a necesitar en algún tiempo cercano a la fecha de inversión, porque estas inversiones son a largo plazo. Únicamente invierte dinero del que te puedas olvidar por 10 años o más.
¿Cómo lo hago? Lee sobre cada tipo de inversión y elige una para estudiarla a fondo y entender cómo funciona y cómo puede adaptarse a tu forma de vivir, luego añade a tu presupuesto una columna de inversiones y dedica un porcentaje de tus ingresos mensuales a estas inversiones (preferiblemente no inferior al 10% de tus ingresos).
Listo, ya has empezado a invertir y has creado tu primer activo, ahora toca alimentarlo y hacer que crezca fuerte y sanote para que, en un futuro, sea él el que te cuide y te alimente a ti.

BONUS: Donaciones. Ya tienes dinero y no tienes deudas que te cohiban, ahora puedes hacer con tu dinero lo que te dé la gana. Una de las mejores cosas que puedes hacer es donar parte de él para ayudar a causas con las que te sientas conectado. Quizá quieras donar para construir escuelas y hospitales en países en desarrollo, o quizá quieras donar a la investigación sobre el cáncer. No importa dónde o a qué, pero dar es una de las mejores acciones que podrás hacer. El sentimiento de estar haciendo algo bueno y de estar dándole un uso significativo a tu dinero y no meramente materialista es lo que te hará sentirte verdaderamente bien y te motivará a crear más riqueza para poder ayudar a más personas.

¡Ya está! Si has seguido todos estos pasos, ya deberías estar en la recta final de la maratón: ya visualizas el arco de la meta final, que es tu libertad financiera. Si aún no has llegado al último paso, no te desanimes, no será un camino de rosas, pero merecerá la pena. Sigue adelante y ¡nos vemos en la meta!

Gracias por leer hasta aquí, estaré encantado de recibir tus comentarios sobre lo que has leído y de entablar un debate sobre todo esto. Nos vemos en la próxima.

Cómo empezar a crear riqueza (1)

Buenas! Hoy estoy muy contento, porque por fin tengo mi fondo de emergencias al 100% y tengo algunos ahorros para empezar a crear mi riqueza, pero ¿cómo se crea la riqueza? Pues de eso vamos a hablar hoy.

Hoy te voy a contar cositas que he ido aprendiendo en estos últimos meses, cositas que he ido aplicando y que me están funcionando a mí, así que es muy probable que también te puedan funcionar a ti. Lo voy a dividir en 7 pasos fáciles de seguir en dos entradas. Esto no me lo he inventado yo, esto lo encontrarás en cientos de libros y miles de blogs, y cualquier persona que haya creado riqueza os lo dirá y no variará demasiado de lo que estás leyendo aquí hoy.

Esta entrada te va a ayudar a pasar de una situación económica negativa a una neutra, donde ya no tienes deudas y estás en la posición perfecta para comenzar a crear riqueza.

Paso 1: Supervisa tu dinero. Suena muy simple y casi obvio, pero muy poca gente lo hace de manera continua. Este es el paso más importante porque tu dinero es tu empleado. Cada euro que ganes es un empleado que trabaja para ti 24/7 y 365 días al año pero, sin supervisión, su trabajo es deficiente. Si sabes dónde va cada uno de los euros que ingresas, puedes optimizar su trabajo, recortar gastos donde no importa y usar ese dinero para pagar deudas o invertir en otras áreas que ayuden a crear más empleados que trabajen para ti.
¿Cómo lo hago? Creando un presupuesto. Esto lo puedes hacer de muchas maneras: En una libreta, en una hoja de excel, con el método de los sobres descrito en el libro «La transformación total de su dinero« de Dave Ramsey (si no lo conoces y estás endeudado, te lo recomiendo muchísimo), con una app como Fintonic en la que puedes enlazar tus cuentas de banco y automatizar la categorización de los gastos además de otras muchas funcionalidades bastante útiles.

Una vez tienes el presupuesto hecho con tus ingresos y tus gastos por categoría (ahorros, supermercado, transporte, facturas, alquiler, cafés, comidas fuera, etc.), podrás controlar por dónde se te está escapando el dinero y podrás controlar, a principio de cada mes, hacia dónde quieres que tu dinero vaya a trabajar.

Paso 2: Guarda el 10% de tus ingresos netos. Esto puede parecer casi una locura cuando estamos en una situación de endeudamiento masivo, pero es posible hacerlo, sacrificando un poco nuestro estilo de vida durante un tiempo para mejorar nuestra situación económica. Si estás en una situación tan mala que de verdad no puedes apartar el 10% porque siempre acabas en negativo los meses, no te preocupes, mete 5 o 10€ en la cuenta de ahorros, porque esa cantidad no te va a hacer estar en peor situación pero, si la ahorras, irá creciendo mes a mes. Lo importante es empezar.
¿Cómo lo hago? Al haber hecho tu presupuesto, ya sabes lo que vas a gastar en pagar tus deudas, facturas y comer pero, si dedicas todo tu dinero a eso, estás trabajando para otros, por lo que tienes que empezar a pagarte a ti mism@ primero. No, no estoy hablando de dejar de pagar deudas o dejar de comer para poder ahorrar, esto no tendría sentido. Estoy hablando de que en tu presupuesto mensual debes añadir una cantidad para ahorrar y debes apartarla el mismo día que te paguen independientemente de los gastos de ese mes en concreto.
Ejemplo: Te llega tu sueldo de 1100€, tienes 1050€ de gastos entre alquiler (450€), letra del coche y seguro(230€), gasolina (100€), facturas (120€) y comida (150€). Con tu presupuesto hecho decides recortar en comida cambiando de supermercado o yendo a por las ofertas y reduces esos 150€ a 120€ y cambias el plan de móvil que tienes por uno más barato, además de empezar a optimizar el gasto de agua y luz en tu casa, así que las facturas las bajas de 120€ a 100€. Ahora tus gastos pasan de 1050€ a 1000€ y te quedan 100€. Esos 50€ que has logrado recortar pasan directamente a ser ahorrados.

Paso 3: Crea tu fondo de emergencias. Ya has optimizado tus gastos con tu presupuesto y has logrado aumentar el dinero que ingresas en ahorros. Tu meta ahora mismo es conseguir un fondo para cubrir cualquier gasto imprevisto que pueda suceder, porque sí, los imprevistos nos ocurren a todos. 1000€ es un fondo de emergencias más que suficiente para cualquier gasto fuera de lo común (llevar el coche al taller, arreglar la lavadora, etc). Puede parecer mucha cantidad cuando no tenemos dinero, pero lo importante aquí es crear el hábito y ser constante. ¡RECUERDA! una emergencia no es «se me acabó el aceite de oliva» o «se ha roto la tele». Una emergencia es única y exclusivamente algo de vital importancia: Se te rompe el coche y no tienes cómo ir a trabajar, se rompió una tubería en tu casa y se te está inundando, etc. Si cualquier mínimo imprevisto es una emergencia para ti, no vas a tener nunca riqueza.
¿Cómo lo hago? Como dijimos en el paso 2, al principio de cada mes, aparta el 10% de tus ingresos (o la máxima cantidad que tu situación económica te permita) y, ni lo mires hasta que tengas los 1000€, que será antes de lo que te imaginas.

Paso 4: Haz una lista de todas tus deudas y págalas. Escribe, en un papel o donde quieras, una lista con TODAS tus deudas y las ordenas de menor a mayor. Ahora toca crear lo que se llama la «bola de nieve de deudas». Pagas la más pequeña para obtener ese sentimiento de éxito al haber pagado una deuda al completo, pero ahora toca seguir creando esta bola de nieve, el dinero que dedicabas a esa deuda lo sumas a la siguiente, y así sucesivamente hasta pagar al completo todas las demás.
Hay quien dice que es mejor priorizar las que te cobran un mayor interés en lugar de la más pequeña. Esto depende de ti, hay mucha gente que necesita esa «victoria» al terminar con una deuda. Siempre puedes hacer una mezcla de ambas: pagas la pequeña, tienes tu victoria y la siguiente es la de interés más alto y así todas.
¿Cómo lo hago? Una vez que tu fondo de emergencias está completo, ya tienes el hábito de ahorrar y tus finanzas bajo control, así que es cosa de, sin dejar de ahorrar, dedicar parte de tu dinero a hacer pagos adelantados a las deudas. Puedes dividir el dinero que ahorras para dedicar una parte a esto (esta es la solución menos ideal), puedes reducir los pagos de otras deudas al mínimo que te permita la entidad para dedicar el sobrante a finiquitar la deuda en cuestión y empezar la bola de nieve, etc.
Ejemplo: Tienes una tarjeta de crédito con 270€ de deuda y un pago mensual de 50€ y tu letra del coche a la que le quedan 3500€ y un pago mensual de 120€. Siguiendo este paso, tu primera opción será pagar esa tarjeta de crédito aumentando los pagos de 50€ mensuales a 90€ (o el máximo que puedas añadir) para pagar esa deuda en menos de los 6 meses que te costaría con el pago actual. Una vez terminas con la tarjeta de crédito, añades esos 90€ que pagabas a la tarjeta a los 120€ mensuales por la letra del coche. Ahora pagas 210€ por la letra del coche, reduciendo casi al 50% el tiempo que tardas en pagarla.

Si has leído hasta aquí, estás en el camino hacia la riqueza. Implementa los pasos descritos en esta entrada y empezarás a salir del hoyo. En la siguiente publicación explicaré los pasos para empezar a crear riqueza partiendo de una situación económica neutra en lugar de negativa.

Gracias por leerme, ¡nos vemos en la próxima!

Segunda parte aquí

Mis errores financieros (2)

Hola a todos una semana más. Esta semana os cuento que he empezado a levantarme más temprano todas las mañanas y salir a correr. Me cuesta mucho salir de la cama por las mañanas, pero si quiero mejorar financieramente necesito empezar por las raíces que me llevaron a la situación en la que estaba hace un par de meses, y una de esas raíces es mi disciplina.

Bueno, hoy os voy a contar sobre el error que cometí y que la gran mayoría de las personas cometen a diario en el mundo, porque priorizamos cosas que, a la larga, se convierten en una lacra para nuestras finanzas: La compra de mi último coche.

En 2017 llevaba casi un año ya conduciendo un Renault Laguna del 1997 que necesitaba para ir a hacer las fotos de las bodas que me iban contratando.

File:1997 Renault Laguna RT 2.0 Front.jpg - Wikimedia Commons

Este coche era perfectamente útil. Era amplio, no tenía problemas de motor ni de transmisión, las ruedas eran prácticamente nuevas, el anterior dueño era un compañero de trabajo de mi madre, y el anterior dueño del coche era un señor mayor que no le había dado prácticamente nada de uso, por lo que el coche estaba en muy buen estado. Era gasolina y gastaba más de lo que a mí me gustaba, pero el coche estaba ya pagado. Fueron 1000€ los que pagué por él (con la ayuda de un préstamo personal de un gran amigo al que pagué en pocos meses después) y los únicos gastos que me generaba eran la gasolina y el seguro: gastos muy fáciles de anticiparme a ellos y/o reducirlos.

Pero claro, yo era supervisor en Starbucks y con las horas extras estaba ganando buen sueldo viviendo en casa de mis padres, así que salí a buscar un coche más nuevo, que consuma menos combustible y se amolde a mis necesidades de dar una imagen de tener lo que no tengo. Obviamente que esto no lo pensaba así en aquel momento, pero ¡anda que no me habría ido mejor si lo hubiese visto así!

Encontré un Ford Focus del 2012 a lo que yo creía que era un buen precio: 8600€. Mis nulas habilidades negociadoras y mi impaciencia me hicieron no reducir en nada ese precio y pedir al banco un préstamo de inmediato. Me dieron muy buenas condiciones en el préstamo, el cual pedí por valor de 9300€ para cubrir también el seguro del coche por un año (sí, pagaba muchísimo de seguro por no tener mucha experiencia conduciendo en España) y vendí el Laguna por 800€ a un amigo.

Y tal que así, en menos de 3 días ya tenía mi preciado coche. Comienza el desastre. Ahora pagaba mucho menos de gasolina, no recuerdo cifras exactas pero era casi el 50% porque ahora tenía motor diesel, pero pagaba 160€ de préstamo que antes no pagaba, así que, al final, pagaba mucho más que antes.

El argumento que utilicé para darle sentido a la compra es ¡falso! Quería ahorrar dinero en el combustible, pero al final gastaba más del doble porque ahora tenía que pagar el préstamo. ¿Véis el error ahora?

Lo utilicé dos años y medio y tuve que venderlo, porque me mudé a Australia en Febrero de 2020. En este momento, el coche tenía un desgaste hecho que no tenía anteriormente y yo no tenía dinero para arreglar todo antes de venderlo, así que sólo pude venderlo por 3500€ que no pude usar para pagar el préstamo, porque no tenía dinero para mi mudanza. Aceleramos a Mayo del mismo año, llevo casi dos meses encerrado en casa, sin poder trabajar, por culpa del Covid-19 como muchos otros, pero sí que gastaba en comida y facturas, así que ¡me quedé casi a 0 en la cuenta del banco!

En este momento no tengo dinero, no tengo coche y tengo una deuda de más de 6000€ en España. El error se hace cada día más aparente y, a día de hoy sé, gracias al libro «El millonario de la puerta de al lado«, que los millonarios no cometen estos errores de los que hablo. En el tema vehículos, un millonario promedio en los EEUU utiliza una Ford F150 de segunda mano, con dos años de antigüedad.

La conclusión que saco de esto es que los problemas y los errores en el ámbito de las finanzas que he tenido a lo largo de mi vida han sido simple y llanamente culpa de mi mala mentalidad con respecto al dinero y a mi baja autoestima y necesidad de ser aceptado por los demás.

Con esto concluyo estas publicaciones sobre mi pasado, a partir de la semana que viene vienen cositas nuevas que he ido aprendiendo y que he estado estudiando en estas últimas semanas.

Muchas gracias por leerme y ¡nos vemos la semana que viene!

Mis errores financieros (1)

Bienvenidos otra vez a mi autoanálisis semanal.

Después de contaros un poco más sobre mí la semana pasada, esta semana quiero contar algunos de los errores financieros que he cometido a lo largo de mi vida. No os preocupéis, no voy a hacer un post con TODOS ellos, sólo voy a contar los que creo que pueden afectar a un mayor número de personas, ya que son culpa de una mala programación financiera.

Error 1: Este es el más «inocente» de los tres. Se trata de una tarjeta de crédito de la que me acostumbré a echar mano: la tarjeta Pass del Carrefour. Era muy cómodo poder pagar las compras con ella y pagarlo todo a fin de mes, sobre todo, cuando ¡me daban dinero por usarla! Un 8% de todo lo gastado era devuelto en forma de un «cheque ahorro» cada tres meses. ¡Genial! Pensaba yo… Me estaban regalando dinero simplemente por hacer mis compras. Y sí, era genial, porque cada 3 meses gastaba el cheque ahorro en una compra y me «ahorraba» ese dinero. Pongo «ahorraba» entre comillas porque no lo ahorraba, sino que lo gastaba en otras cosas, así que al final, me quedaba igual que estaba.

Pero… Si te quedabas igual que estabas, ¿por qué le llamas error? Porque, si podía vivir gastando únicamente «X» cantidad de dinero, los meses que tenía «X+Y» lo lógico habría sido usar «Y» para pagar deudas o para ahorrarlo, en lugar de gastarlo. De esta manera, no me quedaría igual que estaba, sino que mi situación habría mejorado.

La solución fue pagar la un mes y dejar de usarla, comprando única y exclusivamente lo necesario. Fue un mes duro y me costó mucho trabajo, pero me liberé de esa deuda para siempre.

Error 2: Este es el que más demuestra mi mala programación financiera. Tenía un sueldo corto, por lo que compartía piso con una chica. El piso estaba una zona decente, pero era casi imposible aparcar cerca, en verano era increíblemente caluroso (incluso apagando el termo, el agua salía caliente de la ducha en verano), pero era barato (500€ más facturas entre los dos. Unos 300€ mensuales individualmente) y fuera de la temperatura en verano, era buen piso. ¿Cuál fue el error, entonces?

En la inmobiliaria me ascendieron de telemarketer a vendedor de nuevas construcciones, con un aumento de salario base y ¡las comisiones también eran mayores! No había opción de que yo aguantase a más compañer@s de piso o el calor de ese verano en ese piso, claro que no. Ya estaba «cobrando bien» ya me podía permitir vivir yo solo en un pisito más pequeño. ¿Habéis encontrado ya mi error?

Exactamente, empecé a cobrar más, por lo que tenía dos opciones: 1-Seguir viviendo igual, en el piso en el que estaba con algún/a compañero/a y ahorrar el dinero extra que me estaba entrando ahora. 2-Irme a un pisito más pequeño y pagar más, ahorrando nada y viviendo de salario en salario, como estaba antes. Mi decisión fue la 2.

Conseguí un pisito de 50m2 muy mono, en el centro de Fuengirola, cerca de todo. Era ideal, con un solarium igual de grande justo encima y lo decoré y acomodé con mi ex-pareja, estábamos muy ilusionados. Pagaba 550 con facturas incluidas (menos internet, así que unos 600€ mensuales), así que ya veis, el doble de lo que pagaba antes, pero mi salario no era el doble de lo que era en el otro piso, por lo que mi situación empeoró considerablemente. Las deudas se apilaban, le pedí prestado a mi pareja el dinero del depósito, tuve que comprar algunos muebles, una tele (Obvio, ¿cómo voy a vivir sin una smart tv de 55″?). En fin, ahora pagaba más del 50% de mi salario en alquiler y préstamos relacionados con la vivienda. A eso suma coche (este tema viene en el siguiente post), gasolina, comida, gym y tenis y tienes un gasto mensual superior al 100% de mi salario.

¿Qué hice? Dejé el piso, me fui de vuelta a casa de mis padres y vendí varias cosas. Pensaréis que con esto solucioné mis problemas y empecé a ahorrar y a prosperar económicamente. Pues no, porque ataqué a los frutos en lugar de las raíces. Sí, corté los frutos, mis gastos bajaron considerablemente y ahora ahorraba un poquito cada mes, pero también gastaba más en salir a restaurantes y de fiesta y me permitía más caprichitos. Los frutos (alquiler alto, préstamos, etc) habían sido cortados drásticamente, pero las raíces que los produjeron (mi programación financiera) seguía siendo la misma, así que me generé el mismo fallo de nuevo causando más drama en mi vida.

Seguiremos en el siguiente post con el error que más me afecta a día de hoy y que afecta a una gran mayoría de personas en el mundo.

Gracias por leerme y nos vemos pronto!

Momento bombilla encendida

Bienvenidos/as de nuevo a mi pequeño rincón de pensamientos y evolución personal.

Hoy, ya que sabéis un poco sobre mí y el camino que me ha traído hasta este momento, me gustaría contaros el momento en el que algo dentro de mí dijo ¡Basta! y decidí comprometerme a dejar de contar céntimos y mirar la cuenta del banco día sí y día también y embarcarme en el viaje hacia la libertad financiera.

Desde el 2018 comencé con una espiral de decisiones que me fueron acercando cada vez un poco más hacia la situación en la que me encontraba hace poco más de un mes, cuando me encontré lesionado e incapaz de trabajar en el que era mi trabajo en aquel entonces en el medio de los Riverlands en South Australia, Australia. Hablaré sobre estas decisiones en otra entrada más adelante, no creáis que os dejaré con la duda para siempre.

En este momento, al otro lado del mundo, en mitad de una pandemia que tiene a todo el mundo en jaque, sin dinero y sin la habilidad de seguir recolectando mandarinas para ganarme un sueldo con el que pagar mi alojamiento, transporte y comida, estuve a punto de tirar la toalla y volver a España, a casa con mis padres. Por suerte este pensamiento duró poco en esta cabeza ambiciosa y pensé que si no tenía trabajo, haría de encontrar un trabajo, mi trabajo a tiempo completo. Pasé entre 5 y 8 horas diarias mandando CVs a todas las empresas posibles a través de aplicaciones de trabajo, además de haciendo búsqueda por Facebook, Google e Instagram y llamando por teléfono a las empresas que, posiblemente, pudiesen darme trabajo.

Para no alargar mucho la historia, os cuento que conseguí trabajo en un motel en el Territorio del Norte en Australia, el Estado con menor tasa de contagios por Covid-19 del país, con un sueldo decente y sin mucho gasto en alojamiento y comida, ya que era provisto por el motel por una pequeña tasa semanal que me retiraban directamente del sueldo.

Llegué aquí, empecé a trabajar e inmediatamente me fabriqué una hoja Excel para controlar ingresos brutos y netos, gastos y ahorros. Cuando vi el potencial de ganancias y el poco gasto que tenía, tomé la decisión de ahorrar el 70-80% del salario semanal para crear un fondo para emergencias.

Pues ya estaba todo, no? Cobrar bien, ahorrar bastante y listo, en cuanto pudiese, comprar coche, viajar, darme uno u otro gusto, porque «ya me lo voy mereciendo, que vaya dos añitos llevo», no?

¡ERROR!

Hablando con mi gran amigo Nelson, quien es parte fundamental de este viaje, me estuvo comentando sobre sus planes financieros y su negocio online en el que se había embarcado hacía algún tiempo ya, y estaba dando sus frutos y me pasó un libro para que me lo leyera, bajo la advertencia «Léelo con la mente abierta, te va a chocar mucho de lo que dice», porque él sabe muy bien de mis fuertes ideales de izquierdas (los cuales conservo y os contaré, cuando me adentre un poco más en este viaje, el cómo los manejo junto a todo este cambio de paradigma con respecto al dinero y la riqueza personal). Este libro no es ni más ni menos que «Padre rico, Padre pobre», escrito por Robert Kiyosaki.

Mi mente empezó a volar; me costaba concentrarme porque estuve entre peleándome con sus ideales y fantaseando con cómo podría yo convertirme en rico. Tuve una conversación conmigo y llegué al acuerdo de dejar de juzgar, tomar las ideas y luego adaptarlas a mi forma de ver la vida, sin serme infiel a mí mismo y así hice. El libro cambió por completo mi forma de ver la vida. Pasé de ser una víctima a hacer autocrítica y fijarme en todos los errores del pasado y los que seguía cometiendo (sí, ahora ahorraba, pero seguía gastando a lo loco, ya tenía una lista en Amazon para irme comprando lujos como un móvil nuevo, unos auriculares nuevos, un ordenador…Todo esto, obviamente, al nivel de mi nuevo nivel adquisitivo, por lo que en total, había más de 5mil dólares en gastos «porque me los merezco») y ahí fue cuando me hice la promesa de cambiar mi forma de actuar con respecto al dinero y de educarme financieramente para nunca más encontrarme en la situación en la que estuve.

El momento bombilla encendida fue cuando leí que «Lo importante en la vida no es cuánto dinero ganas, sino cuánto dinero conservas». Esto me abrió los ojos. No importaría nunca el dinero que gane, porque siempre querré gastar más y, al final, siempre estaré arruinado, pero con cosas más bonitas y caras en mi posesión.

Así que, ¡manos a la obra! Toca cambiar la mentalidad y comenzar este viaje de autodisciplina y de educación financiera al que os estoy invitando a acompañarme.

Espero que, aunque sea a una persona que me lea, esto le inspire a seguir yendo tras sus sueños. Si yo puedo, puede cualquiera.

Conociéndome un poco más – Trabajos

Bienvenidos a una nueva entrada a este viaje de aprendizaje en el que me acabo de embarcar. Hoy os voy a contar un poco sobre quién soy y de dónde vengo, centrándome en el ámbito laboral.

A mis 28 años que tengo actualmente he pasado por muchos trabajos distintos, los cuales no tienen demasiada relación entre ellos, pero de todos ellos he aprendido cosas muy valiosas que he logrado extrapolar a otros ámbitos de mi vida.

El primer salario que cobré jamás fue haciendo lo que ha sido y es mi pasión desde los 13 años: enseñar a personas a jugar al tenis o a mejorar su juego. Fui sustituto de mis entrenadores en sus vacaciones durante varios años empezando a mis 16.

A partir de ahí ha habido una vorágine de distintos trabajos que voy a listar, porque si los describo todos, os aburrís a mitad de camino, jejeje.

  • Extra en un bar de tapas mientras estudiaba diseño gráfico
  • Camarero en Marriott
  • Camarero y ascenso a Shift Leader en Marriott
  • Shift leader en Hilton
  • Camarero en heladería
  • Coctelero en coctelería y luego gerente de otra coctelería en Mallorca
  • Fotógrafo profesional en Málaga (aunque ya hacía trabajos desde la universidad)
  • Supervisor en Starbucks
  • Monitor de tenis en el club de Manolo Santana
  • Coordinador de vuelo en Ryanair
  • Teleoperador para una inmobiliaria
  • Vendedor de nuevas construcciones en la misma inmobiliaria
  • Telemarketer para una empresa de generación de leads
  • Monitor de tenis en Melbourne
  • All rounder en un motel en Tennant Creek, Australia

La lista es larga para la corta vida laboral que he tenido hasta hoy y sí, me han dicho muchas veces eso de que ese cambio constante de trabajos me perjudicaría, que ninguna empresa querría contratar a alguien tan inestable y que salta de trabajo en trabajo. Yo lo veo distinto, yo creo que me ha ayudado a comprender los entresijos de varios sectores e industrias desde dentro, lo cual me ha hecho abrir la mente y crecer como persona.

A día de hoy agradezco haber pasado por todos y cada uno de esos trabajos, porque he aprendido de todas las experiencias. Me quedo con los buenos momentos y los aprendizajes de los no tan buenos.

El único consejo que puedo dar es que da igual la razón por la que acabe la relación laboral con quien sea, siempre tiene que ser en buenos términos. No caigáis nunca en el error de llenaros de ego y «mandar a la mierda» a ese jefe que tan mal os cae. Con el tiempo aprendé que la vida da muchas vueltas y, en este mundo, lo más importante no es lo que sabes sino a quién conoces.

¡Gracias por leer hasta aquí! Nos vemos en la siguiente entrada.

¡Hola a todos! Soy Edu.

Antes de nada, quiero agradeceros a todos los que habéis entrado aquí. Este será un viaje muy interesante sin duda alguna en el que aprenderé desde lo más básico sobre redacción (no se me da muy bien, pero prometo mejorar con cada entrada) hasta técnicas de inversión y finanzas.

Mi nombre es Eduardo Domínguez, tengo 28 años y soy un soñador. Estudié bachillerato de ciencias, pero me gradué de Diseño Gráfico, aunque mi pasión en la vida es el tenis (menudo barullo de cosas, ¿no?) y tengo la suerte de que sea mi profesión a día de hoy. Aunque en mi vida he dado muchos tumbos de trabajo en trabajo y de industria en industria (os contaré en una entrada próxima sobre esto), por fin tengo claro cuál es mi meta y cómo veo mi vida en el futuro.

Este blog ha sido creado básicamente para obligarme a mantener la mente activa y publicar un post semanal sobre temas relacionados con la libertad financiera, mindset, experiencias personales o inversiones en bienes raíces (ya llegaremos ahí, paciencia).

Os preguntaréis: ¿Por qué no escribes un diario en lugar de hacerlo público en internet? Pues porque al hacerlo público tengo una obligación para con mis lectores (¡se acabó el procrastinar!). Además de que en un futuro, quizá, alguna persona lea este blog y mis experiencias o reflexiones le aporten algo positivo y eso ya es una victoria para mí.

En conclusión, y para no aburrir a nadie en esta primera entrada: Si decidís seguir mi viaje, la única promesa que puedo hacer es que será entretenido e interesante y que estaré enormemente agradecido por el apoyo.

¡Gracias por leer hasta aquí!